23 - VÉRTIGO

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Notas:

Esta historia esta llegando a su fin.

•••

El androide de ojos azules se movía velozmente entre los pasadizos de Detroit. Calles angostas y desoladas semejantes a laberínticos pasillos. Algunos graffitis y contenedores de basura incendiados adornaban el frívolo lugar. Espectáculo de ratas y una que otra persona perdida del mundo, como vagabundos o drogadictos. Sin duda no se trataba de la postal más paradisíaca aunque poco le importaba a Nines.

Hace apenas unos minutos, un mensaje anónimo había entrado en su buzón de contacto. Había sido citado para encontrarse en un punto específico de la ciudad. Un lugar en particular con una persona en particular.

Tarde por la noche, las pocas farolas que alumbraban tétricamente la zona eran lo único visible. El camino amarillo se adentraba entre cortadas y pasillos, hasta terminar rectamente en un callejón sin salida. El androide agradecía poseer un GPS incorporado en su sistema, las luces eran escasas y débiles. Cualquier persona que desconociera el sitio, no se adentraría allí ni por lo que más quisiera, pero RK se hallaba tan neutral como siempre. Entrar en la boca del lobo no le significaba absolutamente nada. Caminaba tranquilo y apacible, como si estuviera dando un paseo dominguero.

Al adentrarse más por el callejón, visualiza una mancha negra que pareciera estar pintada en la pared, pero ajustando su visión nocturna se da cuenta que sin duda es un hombre.

Su estatura era normal, llevaba un amplio abrigo debido seguramente a las bajas temperaturas de la noche. Al caminar un poco más hacia él, lo visualiza de cabello negro, un poco rapado a los costados. Fumaba un cigarrillo y lo observaba casi sin pestañar. Si RK no hubiese sabido de quien se trataba, hubiera sospechado que se hallaba ante un androide.

Se miran bajo la farola, uno frente al otro, dos precavidos metros los separaban.

-¿Qué quieres? –lanza la primera pregunta Nines impaciente.

-¿No me reconoces? –contesta el hombre sarcásticamente. Estaba sonriendo y no de una manera cómica.

-Claro que si, ahora... ¿Qué quieres?

-Solamente me sentí tan satisfecho por tu trabajo que deseaba felicitarte RK900 –sonríe nuevamente. Nines no era el ser más expresivo pero por lo menos su sonrisa no era tan tétrica y desagradable.

-No sigo tus ordenes que lo sepas.

-Claro que las sigues 900, solo que aun no te has dado cuenta.

-Olvídalo, me largo –dicho y hecho. Nines pega media vuelta en dirección contraria. No deseaba escuchar más las incongruencias del sujeto.

Pero cuando ya comenzaba a intensificar los pasos, la voz proveniente al final del pasillo retumba en sus tímpanos sintéticos una vez más.

-¡Convertirte en una máquina de matar fue más que sencillo 900, quería que lo supieras! –expresa elevando la voz desde el fondo aun a sabiendas que el androide lo escucharía de todas formas –¿Y sabes una cosa más? Me sorprende que no me hayas delatado a tus amiguitos de la comisaría ¿Te estás revelando contra los tuyos? –el sujeto caminaba hacia Nines. Miraba fijamente al estático androide que se había detenido al escucharlo. Clavaba su mirada a la espalda contraria a la vez que continuaba avanzando.

-¿Qué sucede "Nines"? Si es que ese es tu nombre, ni siquiera te humanizaron poniéndote un apodo normal ¿Ves como somos los humanos?

Nines se hallaba quieto, inmóvil, inexpresivo. Escuchando cada paso retumbar en el silencioso y oscuro pasadizo. La tensión era alta, su led titilaba y los dedos de sus manos formaban cada vez más la figura de un puño.

EN MIS ENTRAÑAS | REED900Where stories live. Discover now