38. El dolor

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Mientras tanto Itachi... 

Mi aporte en la guerra había sido más que suficiente, trato de ir a toda prisa hacia el único lugar en el que quería realmente estar. 

Una extraña nostalgia me inundaba y lo único que podía pensar era en todos los errores que había cometido en los últimos años. Me acosaban constantemente y mientras me acercaba a ver a Karashi si el mundo acababa gracias a Obito, al menos quería terminar viendo aquellos humildes ojos. 

Una vez más burlo los guardias de la aldea de la hoja, sin sus mejores ninjas no me había tomado ni diez minutos entrar hasta el área segura que habíamos diseñado con Suki, a lo lejos veo a Karashi sentado en el inmenso patio de lo que sería su nueva casa.

-¿Qué haces aquí? - le pregunto - se supone que deberías de estar en el "lugar seguro". 

-Sabía que vendrías aquí al regresar - él dice - no quería estar con nadie más que mi familia. 

Él me abraza.

-Tenía miedo que no volvieras, papá. 

-No voy a dejarte - le digo - eres todo lo que tengo. 

-¿Mamá? 

-Ella esta bien - le digo 

-¿El tío Sasuke? 

-Él... bueno creo que estará bien 

-No soy todo lo que tienes entonces 

-Karashi - suspiro - él día en que te conocí como hijo todo cambio, supe entonces que no había nadie con más valor que tú, así que me preocuparé solo por ti a pesar que el mundo este hecho un desastre. 

Me siento en la entrada de la casa, Karashi se sienta a mi lado.

-¿Me cuentas una historia? - karashi pregunta 

-Sí 

-¿Cómo fue que activaste tu sharingan? 

-¿Mi sharingan? 

-Sí... mi mamá dijo que el sharingan despierta por el odio. El día que active mi sharingan... estaba muy enojado y mi mamá... estaba muy preocupada, incluso mi tío Naruto parecía que era algo terrible. 

una vida nace y una vida muere, pero también una vida puede salvarse. 

El recordar ese día, el dolor... Miro a Karashi y parece extremadamente curioso de saber esto y aquello.

-No es... no es el odio el que despierta el sharingan - él suspira profundo - es el dolor...  

-¿dolor? - Karashi observa sus propias manos, como si no entendiera lo que sucedía - creo que lo entiendo. 

-¿Qué cosa? 

-Me preguntaba cómo había despertado mi sharingan - dice  - supongo que era el dolor que sentía por no tener un papá. Supongo que todo sucedió por lo que dijo Chenso "es porque no tienes papá" ahora estoy seguro que tengo uno. 

Sus ojos me miran con lágrimas. No entendía demasiado, quizás porque nunca le había preguntado que había llevado a un chico tan pequeño y noble como karashi a despertar el sharingan, mi mundo había estado tan distorsionado que ni si quiera había llegado a ser consciente de que ese niño potencialmente increíble había tenido que pasar una situación así. 

Era yo, era la razón por la cual él había tenido que enfrentar la mezcla de sentimientos que evocaba el dolor. 

Ese día Karashi y yo hablamos de tantas cosas, reímos y disfrutamos como si las guerras y el dolor del pasado no hubiesen sucedido y como si ahora mismo, todo estaba bien. Sabía que no, porque más allá de la cuarta guerra ninja mis días estaban contados, el poder que había utilizado para derrotar a Kabuto casi me mataba pero una vez más había sobrevivido para dar lo último de mí a la única persona a la que amaba más. 

Era obvio que no iba impedir que Suki saliera con Kakashi, después de todo mi existencia en su vida solo le causaría dolor, porque pronto yo moriría y estaba vez Suki no debía salvarme, el juicio final tocaría mi puerta y yo debía atender.

Suki el amor de mi vida, no debía sufrir más a causa de mi. 

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-Karashi - digo mientras comemos huevos y arroz, sus ojos se elevan hasta llegar a los míos  Tengo que decirte algo muy importante.

-¿Qué es? 

-Mentí - digo - mentí a tu madre cuando estábamos en Monte Myōboku 

-¿Qué sucede?

-Yo... yo no mejoré tanto - digo - Gamahetsi realmente lo intentó pero finalmente solo pudo arreglarme un 70% 

-Eso es bastante ¿no? 

-Karashi... - me da un ataque de tos, era una señal clara que ese 70% se había reducido rápidamente. 

-Quizás me quede mucho menos de un 70% han sido tiempos difíciles 

-¿Morirás? - él me mira alertado y yo asiento con la cabeza intentando transmitir paz en lugar de aflicción. 

-Lamento haber sido un padre tan inútil pero lo cierto es que me queda poco tiempo de vida, quiero que sepas que te amo y que quiero vivir hasta mi último día a tu lado, si tan solo es posible. 

Karashi se queda en silencio, sus ojos están llorando pero me mira con una sonrisa fuerte. 

-Te amo papá 

-Te amo Karashi  

Karashi era aún más fuerte que yo a su edad, era rápido e inteligente, a alguien con un sharingan agregarle un hiraishin era impresionante, me llenaba de tranquilidad saber que mi hijo era alguien así y que conmigo o sin mí, él estaría bien y Suki estaría bien. 





La voluntad del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora