Parte 43

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El hielo se derretía, pero ninguno de los presentes me ofreció la bolsa de hielo. Fui yo misma y la cogí.

- Chicos, venid todos.-Gritó Sean desde dentro de la casa.

Me moví arrastrando los pies, cansada y con la cabeza pesada. Abrí la puerta y agache la cabeza ante todas las miradas.

«¿Y Niall»

Niall no estaba en la sala. Eso era extraño porque siempre estaba en las reuniones de este tipo. Desvíe la mirada hacia las escaleras y me adentré hacia ellas.

- ¿Dónde vas?-dijo Eli seria.

Me giré despacio.-Pues...arriba, señalé la planta de arriba.-Eli suspiró y todos desviaron la mirada, subí el primer escalón y pensaron que ya estaba arriba, pues Eli dijo esto.- A veces, no me siento orgullosa de ser su amiga.-arrugué el entrecejo.

Subí con aire enfadado y rápido a mi habitación y peguè un golpe contra la pared, después de cerrar la puerta.

Apoyé mi frente contra la pared y cerré los ojos. Y así por una vez en la vida, dejé la mente en blanco. No sé cómo lo hice. Sólo la dejé en blanco.

Observé a mi lado izquierdo el retrato de mis padres, y lo cogí. Acaricié el rostro de mi madre a través de un cristal, casi roto.

Mi madre era guapa, muy guapa. Tenía el pelo lacio y oscuro, sus ojos eran verdes, los cuáles, no heredé. Su sonrisa era perfecta, quitando el diente de la parte de abajo un poco doblado. Pero era guapa. Mi padre tuvo suerte al encontrarla. Pero ahora pienso, ojalá nunca se hubiesen encontrado. Quizá ellos estarían vivos, y yo no estarían luchando para algo absurdo. Para una guerra que ni se gana nibse pierde, como dije hasta que alguien muera. Y será entonces cuando me daré cuenta de lo que voy a perder.

Me asomé a la ventana, por si Niall aparecía, pero no era así. Resoplé.

- A lo mejor, debería bajar.-dije para mí. Pero al darme cuenta que el barullo de voces que se hizo en la escalera, preferí esperar. Pero qué se le va a hacer, soy cotilla y necesitaba saber que hablaban.

Se abrió la puerta. «Joder»

Eli me miró y yo la miraba. Mientras ella se cruzaba de brazos, yo la miraba con pena. No era pena por mí, sino por ella.

- ¿Se puede saber por qué eres así?-desvié la mirada al suelo, sabía que se refinería y llevaba razón-nótese la ironía-.

- Contéstame.-ordenó.

- ¿Qué quieres que te conteste? ¿Qué llevas razón? ¿Qué no merezco ser tu amiga? ¿Eso es lo que quieres oír?-

- Deberías tomarte esto en serio.-miró al suelo. La típica mirada de saber que llevas razón, cuando te dan ganas de pegarle un guantazo.

- ¿Esto?-reí.- Claro que sí, estoy deseando ponerme las pilas para matar a todo el clan de Zayn.-ironizé.- Yo quería mi propia venganza, no que solucionáseis mis problemas. Nos superan en número, no se si os habéis dado cuenta.-

- Ya seremos más, estamos preparados para el ataque.-

- ¿QUÉ ATAQUE? ¿NO OS DAIS CUENTA QUE NO PODEMOS CON ELLOS, QUE HAY BUSCAR OTRAS MEDIDAS?-

- NO ME CHILLES.-

- NO ME HAGAS CHILLAR.-

Suspiramos y se hizo el silencio, como si fuera imposible que se hiciera.

- Respóndeme a una cosa.-me miró.- ¿En qué te has convertido?-

- Sólo soy un vampiro, que al igual que tú, quiere venganza.-

Sangre de dos ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora