Parte 46

86 4 0
                                    

Sabes que estás enamorada, cuando todas las canciones de amor tienen sentido, cuando notas cierta presión en el pecho que pesar de ser molesta, no lo es; es una sensación desagradable pero que a la vez es bastante comfortable pensar en el hecho de que te has enamorado. Pero los días se vuelven nublados cuando cabe otra persona en el lugar izquierdo de tu pecho; quieres a dos personas pero sabes que una va a sufrir y no. Una vez, mi abuela me tiró al suelo aposta y me dijo:"¿ves? La vida no es un camino tan fácil como tú te crees." Y la verdad es que ahora me doy cuenta que mi abuela llevaba razón. Ella murió días más tarde que me dijera eso. Antes de morir me dijo que fuera fuerte,y, luego me mudé a casa con Louis.

Todo lo que he pasado, lo que he sufrido, y ahora estoy aquí. Me mantengo en alto aunque el mundo se me caiga encima, aunque el peso de una culpa recaiga en mí. Soy fuerte pero no todo el tiempo, a veces, desearía no haber nacido. Primero se mueren lo que yo más quería en el mundo, luego tengo unos padrastros que me hacen la vida imposible, me doy cuenta de que soy un monstruo, me violan...Y como he dicho, aquí estoy, intentando llevar la vida con buen pie y no tropezar con cualquier piedra.

Niall.

Harry.

Niall.

Harry.

Y eso no era lo peor. Lo peor es que mi peor enemigo era yo mismo. No sé en que momento me di cuenta pero no sabía luchar con mi propio yo.

Dicen que tus virtudes son mayores que tus defectos, pero los defectos los recalcamos más. Yo no tenía virtudes. No ahora. Todo de mí era malo. Era como una nube negra que me impedía avanzar hacia lo correcto, y ya no podía más. Quería despertar de esta maldita pesadilla y despertarme en mi casa con mis padres. Y así dejaría de hacer daño a la gente. Puede que sea un vampiro pero es que, yo antes era humana y tenía mis virtudes y ventajas. Ahora todo eso son desventajas. No puedo decir nada de mí bueno porque simplemente no me salen las palabras. O quizá sí, pero tampoco pongo mucho interés en que me salgan. Soy así; mejor dicho, ahora soy así. Voy a hacer daño a dos personas que he amado y no quiero.

-Emma, estás rara.-suspiré. Me giré y vi a Louis acercarse hacia mí. Apoyada en una varanda de la terraza de la casa; suspiré. Hoy hacía un buen día, estaba soleado y no se veía ni una sola nube.

-¿Sabes que puedes confiar en mí no?-me hizo una pregunta retólica, se posicionó a mi lado. Asentí.

- Sí, es sólo que...no me apetece hablar mucho.-bajé la mirada.

- Sé que he sido un capullo contigo, pero sé perfectamente que no estás bien. Te he seguido desde que hemos acabado de comer hasta aquí y no te has dado ni cuenta de que estaba detrás tuya. Eso me da paso a pensar que tenías la mente puesta en algo que te come por dentro. Y por tu cara, no debe ser bueno.-acertó. No sé cómo dicen que los hombres no notan nada. Aunque Louis no era un hombre cualquiera. A pesar de que tuviese razón, en que fue un capullo conmigo, Louis es ahora mi única familia.

Me encogí de hombros y le miré por encima de mi hombro. Sabía cómo me sentía y si no se lo decía ahora, tendría que decírselo más tarde.

- Verás...-empezé antes de tragar saliva.- No sé quién soy.-acaricié mi brazo.

Sonrió.- Yo te lo diré: eres la misma persona que fuiste ayer, la que eres hoy y la que serás. Eres Emma, eres esa chica que ha superado todo, que no le tiene por que temer a nada. Y déjame que te diga que eres una persona que tiene las cosas claras: nunca te rindes.-sus palabras me encogieron el corazón. Louis nunca me había dicho esas cosas.

- Louis soy un monstruo.-tapé mi cara con mis manos.- ¿Es que no lo ves?-negó con la cabeza.

- Tú no eres un monstruo. Tienes algo que ninguno de aquí va a tener: un corazón tan grande como tú.-Louis no sabía a lo que me sometía. Negué.

Sangre de dos ||n.h||Where stories live. Discover now