Érase una vez... Nosotros

Separaciones dolorosas

Raven se soltó de los brazos de su amiga y evitando a todo personaje posible corrió hacia su habitación, Madeline preocupada fue detrás de ella sin querer dejarla un solo momento y Dexter solo se atrevió a mirar la escena con mirada rota.

- ¿Qué es todo este escándalo? – dijo un hombre vestido de traje y bigote blanco quien al ver tal aglomeración se acercó molesto dispuesto a regañar a sus alumnos.

- Yo le explicare todo, señor director. – respondió Apple con una suave sonrisa, el director atónito miró a la chica y asintió en silencio, – Por favor, permita que mis compañeros vayan a descansar, ha sido... ha sido una dura experiencia – finalizó sonriendo oscuramente.

- ... Sí, entiendo... será lo mejor. Escuchen todos, regresen a sus aulas, los recién llegados vayan a descansar. Hablaré más tarde con todos ustedes. – el director Grimm se sentía complacido ante la llegada de sus alumnos perdidos, el verlos de vuelta en Ever After High no podía significar otra cosa más que el hecho de que habían logrado su objetivo. Garfio no los habría dejado regresar si no fuera así. – Señorita White, acompáñeme a mi oficina.

- Dígame, señorita Apple ¿Qué ha...?

- El propósito ha sido cumplido director, – comenzó a decir Apple quien tranquilamente se sentó en la silla frente al escritorio del director – me parece que Raven en estos momentos se encuentra en un shock muy grande y Hunter y demás personajes empiezan a reconsiderar sus posibles relaciones impropias, al parecer mataron más de un pájaro de un tiro.

El director Grimm miró sorprendido a la chica frente a él, titubeante intentó negar cualquier afirmación, sin embargo, esta no se lo permitió y con unas pocas palabras le dio a entender que lo sabía todo, pero que no estaba molesta y más que nada ahora se encontraba complacida.

- N-no... no sé de qué me estás hablando, – titubeó el director – no pediré más explicaciones, lo mejor será que se retire y medite sobre toda la experiencia en aquel lugar.

- Lo haré director – dijo completamente animada – y tenga por seguro que he aprendido mucho, gracias a usted y al señor Garfio... - Apple se levantó y al abrir la puerta de la habitación volteó a mirar hacia donde se encontraba el director que se estremeció ante la espelúznate mirada que le soltó la chica – le aseguro que realmente aprendí mucho y... no dejare que esta oportunidad se me escape de las manos.

El rostro del director Grimm empalideció ante aquella imagen, por un breve instante las palabras de lo "que había hecho" resonaron en su mente, agitado negó repetidamente y caminó hacia un espejo escondido en la esquina de su oficina.

- Espero que no te arrepientas de lo hemos hecho – soltó ponzoñoso hacia el espejo y sin esperar una respuesta salió de la habitación dispuestos a encontrar a sus demás alumnos que habían estado perdidos. Una risa resonó en el espejo dentro de la habitación y la reina malvada se encontraba extasiada ante el bello panorama que se le estaba presentando.

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Madeline entró velozmente a la habitación que Raven y Apple compartían, no dudó ni un segundo y se dirigió a la cama donde su mejor amiga se encontraba arrumbada llorando. La miró preocupada y fingiendo una sonrisa animada la abrazó sin decir nada. El sombrerero loco solía decirle a su amada hija que a veces cuando las personas lloraban lo que menos necesitaban era hablar y solo el consuelo de unos brazos podrían ayudar. En esta ocasión haría caso a su padre, cuando fuera el momento estaba segura de que Raven le contaría cada una de sus penas.