Relaciones complicadas

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Dexter observaba distraídamente el libro delante de él sin ser capaz de ponerle atención pues, esta estaba puesta en una chica en especial, soltó un largo suspiro bastante deprimido. Estaba perdidamente enamorado de Raven Queen, pero le daba tanta vergüenza siquiera acercarse a ella, no podía evitar suspirar y que varias sonrisas despistadas escaparan de sus labios cada vez que su mente la recordaba.

Así sin darse cuenta una pequeña figura caminaba hacia su dirección sigilosamente llegando a su lado en un par de segundos. Cubrió sus ojos con sus manos soltando una risita juguetona.

- Cupido ¿eres tú? – dijo tomando las pequeñas manos de la chica entre las suyas.

- De... Dex- Dexter ¿Cómo supiste que era yo?

- Jamás seria capaz de confundirte Cupido – sonrió cuando finalmente fue soltado por la chica, mientras que ella tomaba asiento a su lado bastante avergonzada por el comentario de su amigo.

Cupido observo a su alrededor, mirando con curiosidad aquella mesa llena de libros.

Lo había buscado durante todo el descanso para poder hablar con él, sabía que estaban en problemas a causa del examen de hechicería y pociones, así que estaba bastante preocupada por su amigo. Finalmente lo había encontrado en la biblioteca de la escuela escondido entre un montón de libros divagando en sus pensamientos.

- ¿Sucede algo? ¿estas preocupado por los resultados de los exámenes? – comento Cupido mirándolo con ternura mientras cruzaba sus brazos y recargaba su rostro en ellos.

- Eh... no. No en eso precisamente.

- Ah... Estabas pensando en Raven – dijo comprendiendo finalmente. Dexter miro a su amiga sin tener la intención de negarlo, sabia que ella era consciente de sus sentimientos hacia Raven, así que volvió a suspirar.

- Es solo, que ya no sé qué hacer Cupido. Raven es tan... tan increíble. Y yo... yo solo soy Dexter Charming, hermano pequeño de Daring.

- Oh Dexter – Miro con pena a su amigo mientras le acariciaba la mejilla. – No tienes porque compararte con tu hermano, eres increíble cómo eres, ¿cómo no te das cuenta de que eres maravilloso con el simple hecho de ser tú?, y eso... te hace único.

Dexter la miro avergonzado, no podía creer lo que Cupido le estaba diciendo. No era que no supiera que era atractivo, lo sabía, provenía de una larga dinastía de Príncipes Charming entonces el encanto y la belleza venían junto con el apellido. Pero no era lo mismo, Dexter no era como su hermano, volvió a suspirar inclinando su cabeza hacia abajo.

No muy lejos de ahí las biblio-hermanastras vigilaban que ningún estudiante rompiera sus reglas dentro de la biblioteca, así que al notar que dos alumnos empezaron a platicar no dudaron en acercarse y exigirles silencio. Cupido y Dexter agacharon sus cabezas mientras levantaban sus hombros en forma de disculpa.

Mientras que una persona escuchaba la platica de ambos compañeros escondida entre las repisas de libros.

- Es que... no puedo evitar pensar que si fuera algo mas parecido a Daring tal vez Raven se fijaría en mí y tendría el valor de pedirle que saliera conmigo – Dexter no noto que en ese momento los ojos de Cupido brillaban de tristeza al escuchar a Dexter.

- Sabes Dexter, un día escuche un consejo de una vieja amiga. Que, aunque no quiera admitirlo podría funcionar para ti.

- ¿Enserio? ¿Qué consejo?

- Ella una vez menciono que... – dijo mientras recordaba unos hechos escalofriantes que le enchinaron la piel.

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Érase una vez... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora