Érase una vez... Nosotros

Separaciones dolorosas

Una vez, Dexter pensó en lo imposible. Amar a Raven Queen ciertamente era algo imposible, pero ahí estaba, total y perdidamente enamorado de aquella chica con destino cruel, Dexter pensaba que, para lograr estar juntos tendrían que pasar por cientos de obstáculos y definitivamente lo haría, todo fuera por ella, así que siempre confió que ambos lo lograrían juntos.

Sin embargo, dados los últimos acontecimientos en Nunca Jamás, el joven Dexter Charming empezó a dudar terriblemente de que existiera un futuro para ellos. Desgraciadamente no era el único con aquellas ideas deprimentes, Hunter, Cerise e incluso Daring se encontraban en aquella situación, los pocos ánimos eran compartidos por casi todos en aquel barco.

Aun así, quien más se encontraba atormentada era Raven, pues no se atrevía a mirar a ninguno de sus compañeros y se encontraba aislada y lejos de todos, Dexter estaba extremadamente preocupado por ella, pero si él no sabía cómo resolver sus propios sentimientos, cómo era posible poder ayudarle a ella.

El barco había aterrizado en el campo de juego, donde pocos estudiantes se aglomeraban durante las horas de clase, así que a pesar de ser un barco tan llamativo los chicos pudieron descender sin ningún tipo de aglomeración presente.

Rápidamente Hunter y Sparrow organizaron todo para llevar a sus dos compañeros heridos a la enfermería, Ashlynn llevaba todo el viaje sin despertar y a medio viaje empezó a temblar a causa de una repentina fiebre.

"Si tan solo hubiera llegado antes" se lamentaba el joven cazador, impotente por no poder ayudar a la chica que amaba, no dejaba de lamentarse ante su cruel suerte, ideas deprimentes se cruzaban por su mente, y desgraciadamente solo una se mantenía constante.

Por otro lado, Hopper era el que más se encontraba estable, le era imposible hacer movimientos bruscos o siquiera moverse, pero había despertado y el cansancio era lo que se apoderaba de su cuerpo, aun así, también necesitaba revisión urgente y para sorpresa de solo unos pocos, Briar no se había despegado de su lado en ningún momento.

- Ahora... ¿Qué deberíamos hacer? – preguntó Cupido con la mirada perdida hacia las gradas.

- Lo mejor sería reportar nuestro regreso al director Grimm – Sugirió Rosabella que se encontraba tomada de la mano de Daring, quien miraba distraídamente a Cerise.

- Iré yo – se escuchó decir una voz a espaldas de todos, nadie tuvo que voltear para saber de quien se trataba. Apple había despertado a medio viaje de regreso, sorprendentemente se encontraba bien y no parecía sufrir de algún trauma a causa de todo lo ocurrido con Ashlynn y ella. Sparrow, que era el más astuto, no confiaba completamente en la actitud tan indiferente que Apple había tomado recientemente, la chica parecía cambiada y algo no cuadraba en su personalidad... incluso el joven bandolero pensó que Apple empezaba a mostrar una actitud desvergonzadamente retorcida. – Yo soy la presidenta del consejo estudiantil, además estoy segura de que el director escuchara más atentamente mis palabras que las de cualquiera aquí.

Nadie dudó, para desgracia de todos, eran conscientes de que el director Grimm tenía cierto favoritismo con Apple, además nadie sentía la necesidad de contradecirla en esos momentos, lo único que los personajes deseaban era ir a descansar en sus habitaciones.

Se abrieron las puertas de After High, los personajes de cuentos voltearon a ver curiosos, una mirada sorprendida y abrumada se instaló en sus rostros... habían regresado. Los personajes una vez perdidos habían regresado a su hogar, Blondie, las hermanas O'hair, Lizzie, Cedar, Kitty y Madeline corrieron velozmente a sus amigos, lágrimas desbordaban de sus ojos y ruidosos sollozos salieron de los labios de Madie quien abrazó fuertemente a su mejor amiga Raven Queen. El corazón de la joven reina se estrujó, pero no era de alivio sino de dolor por todo lo que le había hecho pasar a su amiga, a sus amigos y a todos los personajes de cuentos a los que había arrastrado a su egoísmo.