Érase una vez... Nosotros

Corazones Sinceros

Era un día caluroso en Ever After High y todos los personajes de cuento se encontraban haciendo sus labores diarias, varios días habían transcurrido después de la conferencia que dio el director Grimm.

Todos los alumnos estaban emocionados por el festival que se iba a efectuar próximamente y aun mas esperaban las increíbles obras que se iban a presentar en el festival, era bien sabido que la hermosa Apple White tendría un protagónico y todos los personajes de cuento estaban ansiosos por verla actuar.

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Cupido miraba expectante un pequeño cofre frente a ella, este se encontraba sellado con candado, aunque no tenia que preocuparse por ello ya que en su mano se encontraba la llave que abría aquel cerrojo, aun a pesar de esto su mano temblaba con vehemencia y su rostro se encontraba fruncido, mordía sus labios repetidamente y daba leves pasos hacia atrás, que luego los volvía regresar acercándose de vuelta al cofre, indecisa de lo que haría.

Al final, su deber y su corazón ganaron y poco a poco metió la llave en el cerrojo, deteniéndose por un breve momento, volviendo a la indecisión inicial; mansas lagrimas recorrieron la suave mejilla rosada de Cupido y finalmente, se logro escuchar un clic en la habitación.

Se había decidido, y no... no debía arrepentirse de lo que haría.

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Ashlynn Elle caminaba rumbo al bosque encantado, ese sería un hechifantastico día de cita con Hunter. A causa de la obra no habían podido pasar tiempo de calidad juntos, ya que ambos se encontraban demasiado ocupados haciendo su parte del festival.

Ella junto con Lizzie Hearts eran las encargadas del vestuario y tenían mucha ropa que confeccionar para la obra de teatro, pero finalmente ese día podía ser libre y salir con su querido novio Hunter Hutsman.

Buscaba el lugar al que Hunter la había citado, pues solo le había dejado una pequeña notita diciendo "Te veo en el lugar donde nuestros sueños se hicieron realidad" No le costo absolutamente nada de trabajo descubrir a que se refería con aquella nota.

Sonreía emocionada mientras taconeaba por cada paso que daba, miraba a su alrededor buscando aquel lugar exacto, no hace mucho tiempo que se había internado en el bosque, sin embargo, no tenia miedo pues sus amiguitos del bosque la acompañaban en cada travesía que efectuaba.

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No muy lejos de ahí Cerise Wood jugaba con su amigo lobo, reía a mas no poder esquivando mordidas de su pequeño amiguito. Cerise no tenia mucho que hacer en lo que a la obra se refiere, ya que había quedado como extra y solo ayudaba con los pequeños detalles que a los demás personajes se les escapaban, pero eso no precisamente la molestaba y estaba gustosa por poder ayudar, pero prefería mantener su distancia, siempre debía hacerlo para que la gente no descubriera su pequeño gran secreto. Si sucedía podría poner en riesgo su futuro, su destino y más importante aún, a su familia. Pero ahora se encontraba en medio del bosque encantado, libre de preocupaciones y prejuicios y sin su gran capa roja que cubría su cabeza, así que sus puntiagudas orejas lobunas asomaban por encima de su cabello castaño y de igual forma se dio la libertad de mostrar libremente sus colmillos sin miedo de asustar a alguien. Asi fue, sin notar que una persona miraba interesada entre las sombras de aquel inmenso bosque.