68. ¡La he estropeado!

Magsimula sa umpisa
                                    

—No me estoy autocompadeciendo... solo pienso en que hubiera pasado.

—Lo hubieras acabado, ¿Qué consecuencias hubiera traído? La muerta de cientos de personas que no tenían la culpa —rectifica —. Él hubiera ya no existe, Bella. Tienes que aceptar las acciones de tus decisiones, aunque estas fueron pensadas por buenos pensamientos.

Sabias palabras para alguien que fingía estar rasurando a escondidas en el baño una barba que nunca le crecerá... duele admitirlo, pero, aun así, con esas palabras nada me servía, un dolor de cabeza era lo único que sentía por estar pensando.

—Deberías salir para tomar aire fresco —sugiere como si nada. Me levanto para poder verlo y si, tenía esa mirada cargada de una inocencia que no me engañaba.

—¿Quieres que desobedezca a nuestros padres? Que rebelde.

Freddy bufa.

—Solo digo que deberías despejarte y aquí encerrada no lo lograrás, me preocupo por tu, pero también quiero seguir vivo durante el tiempo que pasemos castigados.

Allí está el Freddy que conozco.

—¿Me crees peligrosa?

—Realmente quieres que te lo diga.

—De ser una chica cualquiera me sentiría ofendida por ese comentaron, pero soy Bella Batson por lo que me siento alagada.

No mentía, algunas chicas deben sentirse alagadas cuando un chico les dice que es peligrosa así saben que ellas son capaces de darle un golpe en las partes nobles sin dudarlo. Pero eso no implica que algunas no pierdan la oportunidad de lanzarles un almohadazo para que aprendan a cuidar sus palabras.

—Si estas alagada, ¿por qué me lanzas una almohada?

—Siempre habrá una excusa para golpear a alguien.

—¿Vas a salir o no?

—Claro que no, Freddy. Suficientes problemas los he metido para que me insistes a cometer otro.

Espero unos segundos por sus respuestas, la habitación se mantiene en total silencio, me acomodo para volver a mi trabajo de intentar dormir. ¿Qué creen? Pues el intento de sueño es interrumpido por el inválido de la familia.

—¿Qué demonios? —mascullo lo más bajo, no quiero despertar a nada, aunque las ganas de arrancar esos rizos no me faltaban.

—Te pondrás una chaqueta o ropa lo que sea, pero tu saldrás de esa cama para despejarte.

—Bien me voy, te echaré la culpa por iniciar este escape.

–Si lo que sea —gira los ojos —. Vete.

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Me recuesto en la pared húmeda de la azotea de uno de los tantos edificios de la ciudad. Observó las estrellas en busca de una constelación, aunque ni sepa nada de astronomía. Lo que me fascinaba era que podía estar viendo una sin darme cuenta.

Cómo la flojera de cambiarme de ropa era enorme únicamente lo que hice fue volverme en mi altar ego, eso no fue lo complicado de la misión fue caminar en pijama por el vecindario para así poder transformarme. Rezaba por qué nadie estuviera despierto.

Ahora lo único importante en este instante era observar las estrellas lo cual estoy cumpliendo al pie de la letra... bueno, la paz en soledad fue hermosa mientras duro.

—No tienes una ciudad llena de sociópatas para capturar.

—No se irán a ningún lado.

Volteo a ver al cuarto chico maravilla que se unía al caballero de la noche ósea Damian Wayne ósea mi ex novio. Vaya ironía, le hastiaba sus intentos de reiniciar la relación y el me arruina la noche que se supone debe ser de relajación y paz.

¡Lady Shazam! [Damian Wayne] ✔️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon