Capítulo 18: Devuelta en Bogotá

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En el avión de regreso a Bogotá sólo podía pensar en la mágica noche que mi jefa y yo tuvimos anoche en su habitación, apenas podía creer que una mujer tan hermosa como la doctora Camila Mendoza me haya elegido para encabezar un momento tan íntimo con ella.

Me quedé dormido en el avión pensando en eso y cuando desperté ya habíamos llegado al aeropuerto de Bogotá, Patricio y yo tomamos nuestras cosas, nos despedimos de todos y en un taxi del sitio regresamos a nuestro apartamento dónde mi querido Tito estaría feliz de recibirnos.

—Mi Tito ¿cómo te fue esta semana tan larga sin nosotros?—dije mientras lo cargaba.

Tito hizo algunos ruiditos que indicaban que estaba feliz de que volviera.

—Estoy muy cansado Ángel, me voy a tomar una ducha.
—Está bien, yo iré a desempacar un poco.

Me dirigí a mi cuarto con Tito y vacié mi maleta con la ropa sucia que tendría que lavar más tarde, entre las cosas encontré mi caja fuerte que contenía mi diario lo abrí y comencé a escribir las buenas nuevas.

Querido diario: Ayer en mi cumpleaños ocurrió algo que no esperaba mi amada jefa se entregó a mí, así es le hice el amor por primera vez al principio parecía que se iba a echar para atrás, pero después todo fluyó de una manera muy armónica y placentera para ambos. Se me hace que en el fondo la doctora Camila es una mujer muy apasionada je je 😏.

Estoy muy enamorado de ella aunque al principio me esforzaba por negarlo ahora no me importa admitirlo, la amo tanto y estoy dispuesto a todo por hacerla feliz mientras llega el alemán de dos metros con el que se case ¿no? es broma querido diario, mañana te cuento más detalles de mi vida ¿de acuerdo? tengo que ir al lavadero a lavar mi ropa sucia y la de Patricio porque no tenemos sirvienta que nos haga ese servicio así que adiós.

Después de escribir cosas tan comprometedoras guardé mi diario en un lugar lejos del alcance de Patricio y me fui a lavar toda la ropa, podré ser hombre pero tengo que cumplir mis obligaciones de limpieza.

Cuando terminé caí rendido en el sofá rendido y Tito vino a hacerme compañía viendo juntos una película y ya en la noche nos fuimos a dormir. Al día siguiente en Ecomoda apenas podía ver a mi jefa a los ojos sin poderme olvidar todo lo que hicimos en Cartagena.

—Ángel ¿qué le pasa?
—No es nada doctora, mejor me voy a ver los presupuestos con Nicolasa hasta luego.

Todo rojo por la pena me fui con Patricio.

—¿Y ese milagro de que me visitas?
—Necesito hablar con tu jefa.
—¿Y para qué la necesitas?
—Para ver si ya tiene listos los presupuestos que mi jefa le encargó.
—En seguida te hago pasar.

Patricio tomó su celular y en un dos por tres ya estaba con la doctora Nicolasa Mora.

—Patricio me dijo que viniste por algo ¿cierto?
—Sí quería checar los presupuestos de la próxima colección.
—Claro Ángel, recién acabo de terminarlos deja que te los de.

La doctora Nicolasa Mora buscó entre sus carpetas el documento que le pedí.

—Aquí tienes Ángel y si tienes alguna pregunta me la haces saber.
—Gracias Nicolasa.
—No a ti.

Los dos nos dimos un cordial apretón de manos y me fui devuelta a mi oficina a terminar algunos pendientes. En eso me llegó una llamada muy importante.

—Bueno.
—Habla el banco Santa Marina.
—¿Ya está listo el préstamo que nos van a financiar?— pregunté al presidente del banco Roberto Ramos.
—Por supuesto joven Pinos, le mandaremos los documentos por fax ya sólo es cuestión de que su jefa los firme y nos los envíe firmados por este medio más tardar hoy en la tarde por favor.
—Está bien muchas gracias y que tenga un buen día.

La hija de Betty la feaWhere stories live. Discover now