‹‹ w i l d e s t d r e a m s ›› | jackbeom

O2; rules

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Son cerca de las siete de la mañana cuando se detienen en una pequeña ciudad, su destino de ensayo, según Jinyoung. Todos están despiertos para armar las carpas y practicar sus actos, aún si falta una semana para su primera presentación. Todos menos Jaebeom, quién no ha tenido tan buena noche como esperaba después de varios días llenos de preocupación e insomnio. La carente ansia de sueño había desaparecido hace tan solo escasos minutos por lo que el pelirrojo aprovechó, se cubrió con una manta y acomodó su anatomía como pudo en la pequeña cama para rendirse al fin a las órdenes de Morfeo después de abandonar el camión y dirigirse a una de las caravanas, la de color azúl noche, que le habían indicado.

Solo quería dormir un par de horas.

— ¡Jaebeom hyung! —gritó YuGyeom a su costado, despertándolo cuando sus párpados recién parecían haberse encontrado.

Adormilado, estiró sus extremidades con pereza, una pequeña corriente nerviosa cruzó por su cuerpo pero volvió a tomar su abrigo y se envolvió por completo dando media vuelta para ignorar al menor.

—Déjame dormir, Gyeom-ah —Se quejó cuando el pelinegro frustrado sacudió su cuerpo para despertarlo.

—Hyung, has dormido cinco horas, te están buscando porque dicen que eres el único además de Jinyoung hyung que tiene permitido acercarse a lo que está en el camión pequeño hasta que esté entrenado por completo —Yugyeom ignoró su queja y le arrancó la cálida manta —. Dicen que es un híbrido, ¿me dejarías verlo? nunca he visto uno, vamos hyung. El pobre debe estar hambriento y nadie más que tú puedes ayudarlo.

—Ugh, está bien, solo cálmate un poco. No es nada extraordinario.

—Claro, porque vemos híbridos todos los días —se quejó con sarcasmo —. Solo vamos.

—Bien, bien, déjame alistarme. Ve preparándole algo de comida mientras me cambio —suspiró resignado, pasando las palmas por su rostro y cabello —. Te veo ahí.

YuGyeom asintió complacido y salió disparado de la caravana, murmurando algo a lo que realmente no prestó demasiada atención.

Con pasos perezosos se arrastró al baño para tomar una ducha. Cuando estuvo listo se detuvo a observar su despeinado cabello rojo, talvez era hora de cambiar de color para evitar ser reconocido por alguien que estuviera al tanto del accidente. Tomó el látigo y lo envolvió en la cintura de sus pantalones vaqueros antes de marcharse con dirección al camión.

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No pasó mucho en su camino al encuentro del híbrido, todos estaban demasiado concentrados en sus propios asuntos para detenerse a charlar con él. Jinyoung le había dado las llaves del candado la noche anterior por lo que no se le dificultó abrirlo.

Tardó unos segundos en ingresar, aún dudoso por la reacción incontrolable que había tenido la primera vez que lo vió. Respiró profundo y entró sin cuidado, sin ninguna anticipación de por medio.

Por supuesto, ser atacado no estaba en ninguno de sus planes.

El ruido de las cadenas llegó demasiado tarde como para reaccionar debidamente.

Su espalda chocó con el suelo y el peso de un cuerpo encima suyo bastó para hacerlo comprender.

Tenía al híbrido encima, inmovilizando todos sus movimientos. Sus piernas, para su sorpresa, ligeramente gruesas, presionaban sus rodillas y sus manos sostenían con fuerza sus muñecas. Aún así, sus grandes ojos destellaban temor, como si no pudiera creer que había logrado hacerlo caer. Sus largas orejas grises enmarcaban su débil expresión. Jaebeom no había esperado que fuera tan fuerte, su aspecto demacrado le había hecho pensar que quizá estaba al borde de la fragilidad.