OO; deal

242 45 17
                                        


❲ 🌉 ❳
↓↓

Recibir una visita personal de Park Jinyoung podría considerarse todo un privilegio, uno que Kwan Yoon no ansiaba obtener. Todos lo sabían, cuando de dinero se trataba, Jinyoung no tenía clemencia. El hombre de 24 años había tenido una vida difícil, de cierto modo lo entendía, llegar a fundar su propio circo le había costado más de lo que se podía imaginar, abandonar sus sentimientos en el proceso fue parte de ello y Yoon admiraba mucho la dedicación casi enfermiza que el chico había tenido para destacar en el espectáculo.

Maldecía por dentro el momento en que una apuesta sin saldar consumió su tranquilidad y la única persona dispuesta a ayudarlo fue Park, quien amablemente le brindó una buena cantidad de millones de wones para aliviar su problema y luego simplemente desapareció. Kwan se recuperó notablemente, el mundo de las apuestas y subastas siempre fueron su regocijo y algunas veces su desesperación, pero abandonar ese mundo era muy difícil para siquiera pensarlo. Muchos le advirtieron, Park Jinyoung no avisaba cuando volvería por su pago y solo hasta ese momento pudo comprobarlo.

El pelinegro de sonrisa cruel venía acompañado de cuatro gigantes musculosos que con un gruñido fue más que suficiente para intimidar a todos sus hombres.

—Más vale que tengas mi dinero, Kwan Yoon.

El mencionado tembló en su sitio, esa semana estaba ahogado en deudas y el efectivo que le quedaba no completaba ni la mitad de lo que le debía.

—J-Jinyoung, yo, no sabía que vendrías hoy... —Una ceja levantada con burla fue la respuesta del contrario —Esta semana no me ha ido bien, amigo...

— ¿Amigo? —Escupió con una risa amarga —No me llames así, pedazo de mierda. Dame mi dinero. Ahora.

Park avanzó un par de pasos hasta quedar peligrosamente cerca, sus ojos observaron con diversión cada rincón de su casa.

—Veo que has invertido mucho en tu decoración, debes tener bastante dinero para permitirte semejantes lujos.

—Y-yo, n-no es así... —Las palabras salieron atropelladas entre sí. Retrocedió un par de pasos para llamar a uno de sus hombres — ¡T-tú! Trae el maletín.

Tras un asentimiento el hombre abandonó la habitación, que se inundó en un pesado silencio hasta que volvió con el bolso de cuero negro y se lo entregó.

Park observó con atención y tras un curioso movimiento de su muñeca, ordenó a uno de los gigantes contar el dinero.

—Jinyoung, esta semana las cosas han estado complicadas...ahora no tengo todo tu dinero pero, si me das unos días....Dame una semana y conseguiré lo que falte, por favor.

Los crueles iris oscuros penetraron en su rostro.

—Dime una cosa, Yoon-ah. ¿Cuánto tarde en entregarte el dinero cuándo me lo pediste?

—Jinyoung...

—Dime —insistió con paciencia.

—Me lo diste ahí mismo.

—Qué bueno que lo recuerdes. Entonces, ¿Por qué yo tengo que esperar a que me lo devuelvas cuando se te dé la gana? Has tenido bastante tiempo.

—Yo...

—Dame mi dinero, Yoon-ah —Una presión en su costilla izquierda sacudió sus nervios, no necesitaba ser adivino para saber qué era, no era la primera vez que lo amenazaban con un arma de fuego. Pero nadie nunca le había dado una mirada como esa, vacía y despiadada —. O las cosas se pondrán muy, muy feas.

‹‹ w i l d e s t   d r e a m s ›› | jackbeomWhere stories live. Discover now