¡ CAPÍTULO 37 !

3.2K 240 24
                                    


Todo lo que pasó desde el día en que conocí a Will fue que simplemente comenzaron a pasar las cosas extrañas a mi alrededor, por ejemplo, desde que pasó lo de Franco, no deje que nadie más que mi madre y si acaso ella podía abrazarme, desde que los conocí, es que había comenzado a sonreír mucho más, reír como nunca lo había hecho, hice más amigos de los que nunca creì, me enamore de nuevo, y no solo de uno, de dos personas. Dos chicos realmente geniales a su manera, uno es un loco posesivo y el otro es un hermoso vampiro con aires de malote, cuando la realidad es que es pura apariencia.

Ahora frente a esta vampira pienso en todos eso momentos que pase junto a ellos y ver el gran terror de la manada que corren por sus vidas a mi alrededor me doy cuenta de que todos tenemos un propósito en esta vida, todos y cada uno de nosotros tenemos un destino el cual por mucho que tratemos de ir por otro camino siempre nos llevará a donde tenemos que estar. Cuando vi esa arma apuntar a Killian no lo pensé dos veces, nunca pienso, ahora solo lo que tenía en este momento rondando en mi cabeza es Tienes que salvarlo. Todo dentro de mí gritaba y arañaba que me lanzara frente a él, que le pusiera un alto a esa vampira estúpida, que salvara a la manada de una mujer que lo único que trae es maldad.

— ¿Cómo pudiste nombrar a esta como Reina? — cuestiona con enojo mientras me da una mirada llena de odio — ¡¿A ella justamente?! — grita con todas sus fuerzas haciendo temblar todo —. Por eso... morirás... mi amor — se ríe macabramente. Entorno la mirada cuando la veo sacar un arma y apuntar directamente a Killian, el solo permanece estático frente a ella sin inmutarse, una sonrisa se desliza suavemente por una de sus comisuras. Algo me dice que esa arma no contiene una simple bala — mi lindo Killi, tú siempre tan valiente — se burla mientras juega con el arma que sostiene en sus manos. Mientras los observo, es como si todos los demás se hubiesen detenido solo para ver este momento. Tres demonios extremadamente horribles y con armas ensangrentadas permanecen muy cerca de ella, cuidando a su líder. Sigo sin comprender cómo es que llegó a tener tanto poder esta ponzoñosa mujer

>>—. ¿Qué pensaría ella si supiera que hasta hace poco te revolcabas con Mikeila? — pregunta con una sonrisa conocedora mirándome directamente. Mi ceño se frunce y un gruñido se forma con fuerza en mi pecho ¿Se acostaban? ¿No que eran solo amigos? Miro a Killian y este me devuelve la mirada preocupado ¿No lo va a negar?— ¿Qué dirías Melody — dijo mi nombre con asco — de que tu querido Killian y el otro perro pulgoso de Willisito se acostaban con ella a-la-vez — dijo deletreando cada palabra mientras miraba a Killian, me habia quedado inmovil, no sabiendo ni en qué pensar, ¿esto de verdad estaba pasando?

Respire profundamente.

* — ¿Por qué no lo niegas siquiera? — preguntó Homi por el enlace que habíamos creado con Killian.

Mi corazón martillaba con furia detrás de mis costillas, un calor abrasador quemaba todo dentro de mí... ¿Que era esto?

— ¡ Ya cierra la maldita boca! — bramo Killian acercándose peligrosamente a ella, sin embargo antes de que de un solo paso más lo apunta de nuevo con el arma y sonríe al ver que logro dejarme un poco fuera de fuego — déjate de payasadas Lena sabes bien que las armas comunes no me hacen nada — murmura con voz grave y baja, peligroso, ella solo se ríe. Niego, esto no está pasando, él no lo negó, pero tampoco lo afirmó ¿Como pasó todo esto? Miro a Lena, ella es una mujer muy hermosa, es sin dudas una mujer impresionante, no entiendo porque tanto afán de querer venir a molestarnos, tampoco le daré el gusto de que ella gane ahora, ni nunca.

— ¿De verdad piensas que esta arma es como cualquier otra? – pregunta ella mientras juega con el arma entre sus dedos y lo mira con la cabeza ladeada y con una sonrisa, niega. – no mi amor, esto no es un arma cualquiera, esto es lo mejor que hay para matar cosas como tu mi rey — en un solo instante lo apuntó y disparó.

NUESTRA MELODY ©Where stories live. Discover now