Capítulo 2

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Al llegar a la universidad, y como llegue tarde, tengo que ir casi corriendo por los pasillos para poder llegar al salón. Lo malo es, que el profesor de la primera clase, es un tanto estricto, más si se trata de la puntualidad.

Llegando a la puerta, la tocó y alguien abre.

—Buenos días Alexa —dice el profesor, al abrir la puerta.

—Buenos días profesor, disculpe la hora en que llegó, pero tuve un pequeño inconveniente en la mañana —y a mi mente viene la caída de la mañana —no volverá a pasar —lo digo con una pequeña sonrisa en la cara, para que se apiade de mi.

—Está bien —responde haciéndose a un lado para que pueda pasar —pero que no se vuelva a repetir, por favor.

—Si profesor no se preocupé.

Al llegar a mi asiento, el profesor sigue con la clase, y sacó mis cosas para tomar apuntes. En eso se me acerca Alya, mi mejor amiga de toda la vida, es como la hermana que nunca tuve.

—¿Por qué llegas tarde? —pregunta en un susurró, para que el profesor no la escuche —. Si a ti no te gusta llegar tarde.

—Lo se —odio llegar tarde a cualquier lugar, pero más a la universidad o a un compromiso—. Te cuento en el receso ¿si? — le pregunto, ya que el profesor esta dando una explicación sobre una tarea.

—Ahs, está bien —responde regresando a su lugar.

La clase continuó y así con las demás hasta que dio la hora del receso. Alya y yo, nos dirigimos a la cafetería.

—¿Me acompañas a comprar algo para comer? —le pregunto mientras caminamos.

—Sip —responde.

Al terminar de comprar nos dirigimos hacia una de las mesas de la cafetería. Al sentarnos me pregunta sobre porque llegue tarde.

—Pues...me caí —respondo sin importancia.

—Y me lo dices así...sin más.

—Pues...si, ya sabes que tengo muy mala suerte.

—Lo se —responde, empezando a comer un yogurt de fresa. —Pero cuéntame ¿que paso exactamente? —me acomode en la silla y le empecé a contar.

—Es que en la mañana, por levantarme y no estar del todo despierta, me tropecé con un peluche de Nala y me caí.

—Pero si a ti te encanta tener todo ordenado.

—Si, pero con Nala, eso no es del todo posible, aunque quiera, pero me gusta ver como se divierte jugando con sus peluches, es tan tierna —y recuerdo la vez que se puso a pelear con sus peluches y se me escapa una pequeña risa.

—Ok —responde —solo ten cuidado, con lo que dejas en el suelo ¿si?

—Si mamá —lo digo volteando un poco los ojos.

Empiezo a comer un poco de fruta con granola, mientras hablamos sobre lo complicada que está la tarea que dejó el profesor de anatomía. Hasta que menciona un tema, del que no tenía idea.

—Oye —me dice moviendo un poco las manos frente a mi cara para que le haga caso.

—¿Qué paso? —respondo poniendo atención a lo que diga.

—¿Sabes del intercambio de estudiantes que se va a hacer en esta universidad y la sede en Italia?

—No —. La verdad es que lo había oído, al escuchar hablar a unos chicos sobre eso, sin embargo, quiero que me informe lo que ella sabe, ya que es de las primeras que se entera, sobre lo que pasa en la universidad.

El Contrato ©Where stories live. Discover now