Capítulo 11

496 13 6
                                    

Saco la ropa del closet mientras me pierdo en las notas musicales del sonido sutil que emiten las bocinas de mi celular. Coloco cada prenda en la cama para doblarlas con precisión, separándolas por tipos, lo que más abunda entre ellas son los jeans negros y los suéteres tejidos de colores sobrios y fríos. Nunca me han gustado los colores llamativos, porque me gusta pasar desapercibida para los demás y con ellos es todo lo contrario. Al igual que con las prendas descubiertas, no me acostumbro a ellas porque me siento expuesta al portarlas por lo que opto por aquellas que cubran la mayor parte de mi cuerpo haciéndome sentir cómoda.

Hoy es el día en que supuestamente vendrán por mi, para llevarme a la casa de Christopher y vivir allí. Por lo que estoy empacando las cosas que llevare, que aparte de ropa, es el material de la universidad como libros, carpetas, y documentos importantes al igual que alguna otra cosa que tengo que llevar conmigo donde sea que este.

Suspiro al recordar lo sucedido hace unos días.

Ese encuentro permanece en mi mente repitiéndose una y otra vez. Al recordarlo, un sabor agridulce se apodera de mi boca por todas las sensaciones que sentí al verlo y por esa mirada penetrante e indescifrable que mantenía sobre mi, que al evocarla solo me trae pensamientos negativos, al imaginar lo que pudo haber pensado sobre mi y de cierta manera, pude percibir su actitud descortés, sobre todo al haberle pedido que continuara con esto, aun cuando pudo haberse detenido cuando mi papá lo intento, pero ya habíamos llegado demasiado lejos como para retroceder y no iba a permitir que presentándose una oportunidad para salvar la empresa la rechazara, pero yo creo que le cause lastima al habérselo suplicado con la mirada como para haber accedido continuar.

«¡Dices conocerme y no sabes que esto no es algo que yo quiera hacer!»

Al recordar lo que le dijo a su padre, me reitera que debe odiarme. Porque él no tenía ninguna necesidad de aceptar esto, pero yo si tenía una razón y eso me motivo a seguir con esto, total, si mi vida está pintada con matices grises, no pasara nada al aportar más matices grises. Nada hará que ese vacío que habita en mi corazón desaparezca.

Después de firmar el contrato, todos los sentimientos acumulados salieron a flote y no pude contenerlos, porque su mirada fría se cernía sobre mi, tenía un halo de indiferencia, enseñándome lo que me esperaba por el resto de mi vida, porque lo poco que pude percibir de él, me dio a entender que su actitud y la mía no congeniaban, ni lo harán en un futuro. Nuestras personalidades son muy diferentes, él está acostumbrado a estar rodeado de gente, al bullicio que genera la ciudad, y yo quiero huir de eso, me la paso encerrada en mi habitación, trato de salir lo menos posible, solo para lo primordial y me alejo de las personas. No podía estar ni un segundo más allí, por lo que salí disparada de la biblioteca con lágrimas en mis ojos, con una opresión en mi corazón, que hasta el día de hoy sigue presente. Mi mamá me cuestiono sobre mis sentimientos en el camino de regreso a casa, traté de calmarla, de persuadirla, pero sus rasgos faciales denotaron duda, no la convencí del todo, pero ¿cómo hacerlo? Es mi mamá, la persona que mejor me conoce en la vida, con quien tengo un vínculo desde antes de nacer, que con el paso del tiempo se fortalece, es lógico que me conozca a la perfección. Por otro lado, mi papá se la paso levantando la voz durante todo el trayecto, preguntándome a cada segundo si quería seguir con esto, a lo que yo asentía, se sigue culpando por habérmelo propuesto.

Yo sé que si le digo que no quiero seguir con esto accederá sin refutar, pero, lo intentare aun así me pierda en el proceso.

Una lagrima silenciosa se desliza por mi mejilla y rápidamente la aparto con mi dorso. Respiro hondo para proseguir colocando la maleta en la cama y acomodar toda la ropa previamente doblada. Sigo moviéndome de un lado a otro reparando en las cosas que me llevare y cuáles no. Abro el cajón que está al fondo del closet para ver lo que allí se encuentra. Este tipo de actividades hace que revise toda la habitación encontrándome con cosas que no recordaba que tenía o que simplemente oculte por el dolor que me causa verlas. Como la caja de cartón que está cubierta con papeles para pasar desapercibida, se los quito y me encuentro con la caja que tiene los mejores recuerdos de mi infancia que inconscientemente hacen que sonría.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 08, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Contrato ©Where stories live. Discover now