Capítulo 5

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Todavía sigo en mi aturdimiento al salir de la empresa de papá. Sus palabras me dejaron la mente en blanco. Definitivamente no se que hacer, es como si mi mente se hubiera bloqueado cuando hablo de casarme con alguien.

Caminando hacia el auto, sumida en mis pensamientos, llegó hasta él. Cuando entró, se que no puedo ir al trabajo, no me concentraria, y harían preguntas sobre lo que me pasa y no quiero hablar con nadie en estos momentos.

Así que, le mandó un mensaje a Renata, diciéndole que no podré ir, porque tengo malestar. Espero a que me responda, y cuando lo hace dice que no me preocupe, y que espera que me mejore.

Después de agradecerle, recuesto mi cabeza en el asiento mirando hacia el techo. No puedo ir a casa, a esta hora mamá ya regresó del trabajo y no quiero que me llene de preguntas, sobre lo que hable con papá. Necesito estar sola, para poder pensar con tranquilidad y serenidad, y así poder tomar una decisión.

A mi memoria viene un lugar al cual solía ir cuando era más pequeña. Me encantaba ir a ese lugar, transmitía paz y tranquilidad. Es un buen lugar para cuando quieres que nadie te moleste.

Así que sin pensarlo más, enciendo el auto y conduzco hacia allá.

Al llegar, me invaden muchos recuerdos que creí haber dejado en el pasado. A este lugar solía venir cuando....No, no me hace bien recordarlo. Nunca lo voy a olvidar, sin duda siempre será una carga para mi.

Camino por el pasto húmedo, a causa de los días lluviosos de la semana, hasta llegar al columpio que está sostenido por un gran árbol. Lo tocó y me percató de que no he venido en años, por lo dañada de la madera de este.

Este columpio, al que solía venir todos los días, para pensar, reflexionar sobre lo que pasó. Aquel que sabe todo lo que sucedió y me vio llorar muchas veces, todo el día hasta que ya no me quedaban lágrimas que derramar, y regresaba a casa.

Sin duda los recuerdos, esos que había alejado, están regresando...

Decido sentarme en el pequeño muelle, dejando que mis pies se balanceen, sobre el agua. Es ahí, en el reflejo del agua -cuando me inclinó- que veo que mis ojos están rojos y que las lágrimas resbalan por mis mejillas hasta llegar al agua y se pierden en ella.

Todas las cosas me están abrumando, las palabras de papá siguen rondando en mi cabeza, jamás pensé en casarme. Pensé que nunca lo haría, porque soy tímida, casi no hablo con hombres, jamás he tenido un novio ni siquiera un primer beso...

Me recuesto en la madera del muelle, mirando hacia el cielo y llevó el brazo derecho hacia mi cabeza, apoyándome de este y mi otro brazo hacia mi estómago.

Mi familia es todo lo que amo, y no me gusta ver a papá sufriendo, se que si acepto casarme, se salvará la empresa, pero a cambio de eso, quedare atada a una persona de por vida. Con todo mi abrumamiento, ni siquiera le pregunté a papá sobre ¿quién es la persona con quien supuestamente me voy a casar? Supongo que es alguien millonario, como para que pueda darle una cantidad tan alta de dinero a papá.

Pero... ¿Por qué quiere que me case con él? ¿Qué espera de mí? No puedo ofrecer nada, y ni siquiera quiero intentar hacerlo. A nadie le das dinero sin pedir nada a cambio, y no puedo evitar pensar, sentirme vendida.

Tal vez podría llamar a mi hermano, pero casi no tenemos comunicación y hace años que no lo veo. Pero se que si lo hago, y le cuento lo que paso, habrá un grave conflicto, y es lo que menos quiero.

La relación de mi papá y mi hermano es pésima, hace años que no hablan, desde que se fue de la casa. Y no quiero que terminen peleando y tal vez jamás vuelvan a hablar. Pero se que cuando se enteré, que me voy a casar por lo que pasó, va a culpar a papá de todo. De todas formas de una u otra manera van a terminar discutiendo.

El Contrato ©Where stories live. Discover now