Dos.

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Como todas las ideas descabelladas, había salido de la mente de Jaemin.

Él y Jaemin no eran amigos, pero tampoco desconocidos. Su relación se trataba de algo similar a conocidos cercanos, de hecho, el castaño era su rival. Pero no uno a muerte que mereciera todo su odio —Donghyuck ya tenía uno de esos—, sino uno divertido. Al fin y al cabo de eso se trataba su rivalidad; diversión. Ambos competían por ser el payaso de la clase, haciendo bromas y comentarios chistosos, y más de una vez habían unido fuerzas (como lo llamaba Jaemin) para bromas particularmente problemáticas.

En varias ocasiones Jeno le había advertido que dejara de planear semejantes cosas con el castaño, que estas solo le traerían problemas y malos sabores de boca, pero nunca habían recibido más que detención por unas horas o un castigo por varios días. Limpiar la piscina de la escuela o ayudar a los de los primeros cursos con tutorías, nada grave.

Habían hecho innumerables travesuras juntos; como aquella vez que lanzaron una bomba fétida en medio del salón de química, o la vez que llenaron los pasillos con fotos vergonzosas de un muchacho de un año superior (había sido una venganza, porque el tipo gustaba de molestar a uno de sus amigos en común) y también aquella vez en la que robaron la batería del auto del director y que recibieron demasiadas semanas de castigo. Todo había sido idea de Jaemin, como ya había dicho, descabellado.

Donghyuck, sin embargo, había sido partícipe de todas ellas lleno de emoción y malicia, porque eso era lo suyo. Siempre y cuando no perjudicaran a nadie (a menos que lo mereciera), él participaba. Pero cuando Jaemin se sentó a su lado en la biblioteca, interrumpiendo una de esas escasas sesiones de estudio que su hermano le obligaba a tener, y le contó de su plan maestro para lograr que Renjun fuera finalmente su novio, él no estuvo muy seguro.

—¿Y exactamente por qué te ayudaría con eso? —cuestionó, cerrando el libro de historia y mirándolo con una ceja alzada.

—Porque con Renjun fuera del juego, podrías dejar de ser "solos amigos" con Jeno. Sé que te gusta, es demasiado obvio —respondió Jaemin, tan seguro de ello que Donghyuck se ahogó con su saliva.

Él bufó, negó y exclamó como si estuviera realmente ofendido de la idea de que él, Lee Donghyuck parte del club rompecorazones de la escuela, estuviera enamorado de su mejor amigo, Lee Jeno. Y lo peor de todo era que Jaemin había sabido leerlo, pasar por encima de su fachada y ver que efectivamente, tenía varios años colado por su amigo.

—Pft, ¿yo? ¡Por favor!... ¿Jeno y yo? ¡Ja! Es una locura. Él no me gusta, para nada. Nadita de nada.

—No sé a cuantas personas le has dicho eso y te han creído, pero yo no soy una de ellas. Y no me interesan tus problemas conflictivos al aceptar si estás o no enamorado de tu amigo, solo necesito tu ayuda. Al menos si no vas a quedarte con Jeno, ayúdame a mantenerlo lejos de Renjun para poder conquistarlo.

El plan no era muy elaborado, si él lo pensaba bien no era de las mejores ideas de Jaemin, pero el muchacho tenía un punto al decir que era infalible. Si lo llevaban a cabo, Jeno y Renjun no tendrían una posibilidad.

Jaemin no le insistió mucho, solo le dejó con sus palabras rebotándole en la cabeza y la promesa de que estaría esperando su respuesta.

Donghyuck quería a Jeno feliz, era lo que se repetía cada que el pelinegro le contaba sobre su pequeño enamoramiento en el chino, ese que crecía lentamente cada día. Y si tenía que soportar el surgimiento del Noren iba a hacerlo, porque Jeno era su mejor amigo y su felicidad también era la suya.

No digas Nada ➳ Nohyuck/Markhyuck.Where stories live. Discover now