21|Tonta festividad

Start from the beginning
                                    

—Mira que niño saludable, no hay ninguna complicación, es un varoncito fuerte— mi corazón palpito con rapidez y sonreí.

—¿Es un niño? — susurré y no sabía porque sentía un hueco enorme en el pecho, algo me faltaba y no sabía que.

Miraba detenidamente la maquina en donde estaba mi bebé, hasta que escuche el sonido de una cámara, el doctor se apeno, porque creo que me había tomado una fotografía.

Lo siendo, tomaba captura de pantalla del diagnóstico. No le tome importancia, pero horas más tarde ya me encontraba yendo al remolque de nuevo.

—Mi amor, lo siento por no estar contigo en todo el día, pero tuve que ir al trabajo, si falto me pueden correr y lo necesitamos, el nacimiento de nuestro bebé está cerca— no dije ni una palabra, por el simple hecho de que me sentía raro, me sentía extraño.

Los días comenzaron a pasar poco a poco y mi cabeza mejoro mucho, para la tercera semana ya me encontraba totalmente recuperado.

—Mira Andrea, el señor Thimotee dijo que no ocupaba este libro y me lo dio, tú amas leer y que mejor que iniciar la semana de enero con un buen libro— asentí y tomé el libro, el paso directo a la cocina y comenzó a revisar.

—¿Por qué no hay nada de comer? Vengo del trabajo hambriento— dijo o mejor dicho grito.

—Lo siento... tú me dijiste que querías que te planchara todas tus camisas, no recuerdo como planchar y me lleve todo el día, creí que no tenía que hacer de comer si ya te estaba planchando— me levante de la silla en dirección a donde aparentaba ser la cocina. —Ahora te hago algo rápido— dije.

—Pues rápido mientras me baño, tu no eras así Andrea— se fue en dirección al pequeño e incómodo baño y le hice algo rápido que él me había enseñado a cocinar.

En el transcurso de la semana cada vez que llegaba a veces lo hacía de mal humor, pero poco a poco había "recuperado" el ritmo, como él me decía y terminaba enormemente cansado.

Limpiaba el remolque diario, lavaba diario, porque solo tenía cuatro mudas de ropa, era muy desgastante, mi vientre era cada vez más grande y pesaba mucho, además tardaba horas bajo el sol, luego me ardía la piel, solo por sacar agua del pozo de poco a poquito, porque no aguantaba mucho peso, se me hacía muy solitario, pues no teníamos vecinos, estábamos en medio de muchos campos de sembradíos , hacía de comer, porque si la comida no estaba a tiempo, él se molestaba muchísimo.

Ese día, según el calendario, un veintidós de enero, hice la comida y salí a lavar las sabanas, ya que había derramado café, mientras lavaba sentí como me abrazaban por detrás, entre en pánico que me voltee y lo empuje.

La mirada de él cambio completamente, dándome a entender que estaba furioso.

—No puedes negarme nada Andrea— me tomo del brazo y a jalones me llevo dentro del remolque, gritaba que no, pero era imposible parecía no escucharme.

—Déjame por favor— susurré ya bañado en lágrimas y tratando de zafarme de sus besos que impartía en mi cuello.

—Eres mi maldito esposo Andrea, tienes que cumplirme como tal— en ese momento sentí como su mano impactaba a mi mejilla, la cual ardió rápidamente.

—No, por favor, no será bueno para el bebé, basta— lloré lo más desconsoladamente, me miró y negó, se levantó de encima y tiro las cosas de la mesa, para después salirse del remolque, azotando la puerta.

De tanto llorar caí en un profundo sueño.

—Me encanta la playa y más a ti en traje de baño....

MAZKLAN +18Where stories live. Discover now