Parte Fünfzhn : Un destino pasado

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Octubre 20 de 1939.Berlin, Alemania.

Pasaron muchas cosas en estos días,de las cuales no he escrito, por fatiga del viaje.
Por dónde empezar,es algo que aún no decidí,supongo que tenía que ponerme al tanto con Greta antes que descargar en estas líneas,y eso fue lo que hice.Mi estómago, realmente,no dió a basto de tanto alimento, consumí tanta comida que he de creer que Greta enloqueció de aburrimiento y lo y hizo todo en unas horas, tenía tanto que contar y tanto que escuchar también de ella, que no basto con un simple té,pasamos la noche entera en vela. Greta me charlaba como pasaba sus días en soledad y paz desde que parti puesto que no tenía que lidiar con mis inumerables escenas,pero también de melancolía y aburrimiento por la misma razón

- Muchacha trajiste con tigo en tu maleta lo mejor que puede poseer una  jóven,aventuras y anécdotas,que mejor que eso para darle que escuchar a esta ,no tan anciana -.

Después de los altercados en "la despedida de los transferidos y superiores",como lo título Hazel, acontecimientos bastante peculiares y de todo tipo sucedieron.

Agnes paso la noche con una nueva amiga,una enfermera con la cual dialogaba en las comidas cuando Hazel estaba ocupada en sus asuntos "femeninos",su nombre es Eva y parecía bastante amable,de echo fue la misma que me dio socorro cuando caí desvanecida en el patio de armas;Hazel por su lado,logró ser conquistada por aquel cabo que revoloteaba sus alrededores e intentaba,no tan sutil,invitarle un trago para poder endulzar su sentidos,supongo que carecía de conocimiento de cuánto puede o debe beber mi amiga para poder siquiera aflojar sus engranes,Hazel dice que detrás de su apariencia de libertina,no tiene el don de la ingenuidad como para florecer con cualquier persona, y que un hombre de valor debe arrastrarse por el fango primero para luego poder caminar, admirable pensamiento a mi parecer.

En cuánto a Gretl, bueno,no puedo imaginar los pensamientos que agobian esa pobre cabeza, después de poner el ultimátum con Wolfbergen bebió varias copas y se retiró con la frente en alto para intentar dormir después de tal exaltación,pero eso no duro mucho tiempo,que digo mucho tiempo, mis cálculos indican que lo que tarde en arrastrar a Wolfbergen hacia su catre fueron aproximadamente un cuarto de hora sumando a otro cuarto al traerlo hasta el campo,con suerte,Gretl logró cerrar sus ojos poco más de una hora.

Resulta que Kurt no estaba tan ebrio como creía, sino que con una taza cargada de café volvió en sus eje un poco y digo un poco porque para mi gusto una persona en su lucidez no hace este tipo de cosas,menos un soldado del Raich.
El Sergeant remontó sus intenciones de ver a Pentz ,no paraba de nombrar que tan apenado se encontraba por la situación en la que estaba enredado. Pedía con desespero un consejo a su joven amigo preguntándose ¿Que debo hacer? Y que por favor dejase ir a verla, puesto que el Teniente mantenía cerrada su puerta,sin notar que Adler no tenía al cien aprobada la relación que se estaba germinando.Otto no veía un futuro prometedor no por falta de amor sino por la misma causa que ya había echo estragos en toda Europa,la guerra,el ver distancias entre los amados y aún más ver muerte al acecho ponía en duda si ambos serían tolerantes con aquello tan agobiante,el tiempo incierto.

Pero si hay algo que tomo mas en cuenta que el bienestar a futuro de su amigo fue su felicidad presente,porque era así,Gretl y Kurt eran felices,no hay un tiempo determinado para saber que se está enamorado sino que solo sucede,en el momento en que tu pensamiento ya no está aislado en uno mismo sino que se hace un hueco para incorporar a la otra persona,es ahí,dónde tenemos la respuesta a si de verdad hay sentimientos encontrados. Otto logró comprender al ver el suplicio de Wolfbergen que valía la pena arriesgar y tener valentía junto con una cicatriz de guerra a estar terso y suave por cobardía.Tambien me hizo razonar sobre de igual forma,de disfrutar de a poco el ahora sin tratar de forzar el futuro.Quitó la cerradura y se hizo a un lado, dejo que Kurt fuese corriendo y  abriera su corazón en el mismo lapso que el también abrió el suyo con migo.

El Diario de Ida: ÜberlebeWhere stories live. Discover now