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Sol:

—¿Me estabas buscando sonrisitas?—escuche su voz detrás mío.

Me di vuelta exaltada, provocando que caigan un par de gotas de Fernet en el suelo.

Él me miró divertido, cuando suspiré aliviada.

—Mateo por Dios—me quejé—Casi me da un infarto chico, agradece que te reconocí la voz, sino tremenda piña te encajaba. ¿Cómo te vas a aparecer así?—el soltó una risita y yo lo mire mal.

—¿Me estabas buscando o no?—arqueó una ceja.

—Si, pero que sabía yo que estabas acá.—me encogi de hombros.

Lo mire bien. Está muy fachero. Tiene un buzo blanco con letras negras, un short negro, en los pies unas air force blancas con la pipeta de Nike amarilla, y una gorra blanca también Nike.

—Recien llegó sonrisitas, Sofia me dijo que estabas acá, tus mensajes me llegaron justo cuando iba entrando.—explicó.

—Claro y dijiste, vamos a hacer que se le suba el corazón a la boca ¿no?

—Claro.—dijo divertido.

—¿Los chicos vinieron?—pregunté, seguido de eso guarde mi celular en mi cintura, y después tome un trago de Fernet.

—Si, se quedaron ahí adelante con Sofia.—respondió.

—Hola.—me reí porque recién ahora se lo decía, y me acerque a dejar un beso en su cachete, al instante sentí el olor a su perfume.

—Hola.—rió el también.

—Estas acá.—lo mire fijo, y después me arrepentí de haber echo eso. Es algo que estaba tratando de evitar, no es la idea ponerme nerviosa justo ahora.

—Estoy acá.—hizo lo mismo.

Y así nos quedamos mirándonos por unos segundos. Hasta que yo decidí correr la mirada, ya que ya estaba empezando a sentir esa sensación rara en mi panza.

—Mira, justo—mire la jarra de Fernet en mis manos—Acabo de preparar está jarrita de Fernet porque Sofi se llevó la otra, si la querés compartir conmigo y probar el mejor Fernet de tu vida.—sugerí. Él sonrió a medias y asintió.

Le di la jarra, el la recibió. Y lo mire expectante mientras el se tomaba un trago.
Hizo una mueca de desagrado y yo fruncí el ceño.

—¿Que?—pregunté alzando una ceja.

—Te estoy jodiendo—sonrió arrogante—Bastante bien.

—Me conformo con ese «bastante bien» considerando que sos una personas de pocas palabras.—reí.

—Esta rico, posta.—tomo otro trago.

—Lo se—me agrande y el rodó los ojos—Vamos, a si saludo a los demás chicos.—empece a caminar, y el por atrás mío.

Salimos de la cocina, y nos adentramos en la parte donde está todo el despelote. Empecé a buscar con mi mirada a Sofi, ya que Mateo me dijo que los demás estaban con ella.

Chico Malo ; TruenoWhere stories live. Discover now