08

10.1K 640 247
                                    

Sol.

Silencio.

Silencio.

Y más silencio.

Sólo sé escuchaban nuestros pasos y nada más. ¿Cómo puede ser tan callado?

¿Por qué me cuesta tanto sacarle un tema de conversación?

Nunca tuve problemas para comunicarme con las personas, es más hablo hasta por los codos. Pero el es la excepción. No se simplemente que decir.

—¿Te dolió cuando te hiciste el tatuaje?—fue la única pelotudez qué se me ocurrió preguntar.

Me arrepentí, pero ya lo había dicho. Me puteé internamente por eso.

El negó con la cabeza respondiendo a mi pregunta.

Y ahí decidí que era mejor quedarme callada todo el camino nomás.

Después de unos minutos, Mateo subió la vereda y supe que habíamos llegado.

Sacó unas llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta. Entró y se hizo a un lado para dejarme pasar.

—Permiso.—dije y entré.

Mateo cerró la puerta, y antes de que pudiera mirar o algo apareció una perra negra, media grande, por acá, venía moviendo la cola y se le trepó a Mateo festejandole que había llegado.

—Ay que hermosa—sonreí con ternura y me puse de cuclillas a su altura para acariciarla—¿Cómo se llama?—mire a Mateo.

—Tina.—respondió el, y se adentro más en la casa.

Yo me pare y lo seguí, mirando la casa, era bastante linda.

—Sentate si querés.—dijo señalando la mesa.

Asentí, me saque la mochila y me senté, después me puse la mochila encima de mis piernas.

El se sacó la mochila y la puso en otra silla, después se sacó la campera y yo lo mire nerviosa.

Volví a mirar mejor toda la casa.

—¿Qué?—hablo el y lo mire—¿Te esperabas una casa pintada toda de negro o algo así?—preguntó divertido.

Si.

—No—negué con la cabeza—¿Vos estás al tanto de los rumores que dicen de vos en el colegio?—pregunté cambiando de tema.

—¿Cuál te contaron? ¿El de la lapicera?—preguntó con una sonrisa sobrante.

Que linda sonrisa que tiene como para no sonreír nunca.

—Si, el de la lapicera, que siempre te agarras a las piñas—el negó con la cabeza mordiéndose el labio para reprimir una risa—Que mataste a tus papás.—su mandíbula se tensó cuando dije lo último, y ahí si que quedé confundída.

Apoyo ambas manos en la mesa y se inclino un poco.

—Lo único que te puedo decir, es que yo no le pegó a alguien que no se lo merece.—ladeó la cabeza con una sonrisa de lado a boca cerrada, y se volvió a parar bien.

—¿Y a los que se lo merecen si?—pregunté interesada en lo que acababa de decir.

—Claro.—asintió sin problema.

—¿Querés comer algo?—cambie de tema rápidamente, ya que esto se estaba poniendo tensó—Yo traje plata, podemos pedir algo si querés.—ofrecí.

—Yo iba a pedir algo igual para que comamos, y tengo plata, gracias.

—Yo también voy a comer así que vamos mitad y mitad.—hablé lo más seria que pude, para que supiera que estaba decidida.

El me miró por unos segundos, con una mirada penetrante, como si quisiera averiguar algo, me miraba fijo, y a los ojos, realmente me intimidaba, pero trate de mostrarme lo menos nerviosa posible.

Y al final asintió.

—Esta bien—accedió—Ahora, ¿te puedo hacer una pregunta yo?

—Si.—dije sin dudar.

—Te contaron esos rumores, y aún así te acercaste a saludarme a mí y a mis amigos en el recreo, y aún así estás acá, ¿por qué?—levantó una ceja.

Porque te quiero conocer, te quiero ayudar si es que necesitas ayuda, y quiero ser tu amiga. Fue lo que pensé.

—Porque quiero tener buena nota en los trabajos.—fue lo que respondí.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Maratón 1/6 <3

Vamos con ese maratón por las 5k de leídas y los 1k de votos❣️

Chico Malo ; TruenoWhere stories live. Discover now