Blazer: El Guerrero Legendario

Epílogo

Para cualquier otro ser aquel ataque hubiese significado la muerte, pero él no era cualquiera, no era común, jamás en su vida lo había sido. Desde pequeño había sufrido y aceptado el dolor como un estado inmutable e impredecible, algo con lo que tenía que vivir.
Tal vez por ello siempre estaba enojado, o tal vez por ello se aferraba tanto a mantenerse con vida, aún a pesar de estar ya prácticamente muerto.

Llevaba días arrastrándose a través de las empinadas cordilleras rocosas que constituían aquellos bosques, sus quemaduras lo mantenían despierto, y la sed que sentía era lo único que lo distraía a su vez del hambre atroz que lo atormentaba a cada instante de su miserable existencia. 

Siguió alargando su mano, moviéndose lenta y pausadamente como una serpiente, sin rumbo ni destino, tal vez el choque de aquel cohete o la explosión habían destruido a tal grado su cerebro que no sabía hacer otra cosa, pero no, era algo más lo que lo motivaba a seguir avanzando, una idea, un sentimiento, un ideal que le incitaba a de alguna manera conseguir ayuda, y tal vez fue el destino, o algo más, pero respondieron a su llamado.

El frío a su alrededor se levantó de repente, la niebla estaba por todas partes, exhausto y moribundo se dejó caer sobre la hojarasca y con el único ojo que le quedaba miró al frente, y lo que en un indicio pensó era producto de su mente, se plasmó ante él como una siniestra mujer, que, aunque no conocía de nada, le hacía sentirse temeroso.

—Cualquier criatura hubiese aceptado su muerte a seguir con semejante tortura —empezó a decir la mujer, cuyo porte y elegancia eran únicamente opacados por la siniestra aura que se percibía a través de sus ojos—. Dakken Madokawa, debo reconocer que has conseguido intrigarme un poco. ¿Cómo es que un ser tan miserable y patético como tú podría seguir adelante intentado inútilmente sobrevivir si ya no le queda nada? Nada, a menos que la venganza...

—¿Quien.... eres...? —Articuló a duras penas. La mujer se acercó, pero se mantuvo unos pasos de distancia de aquel despojo de humano que miraba sin un atisbo de empatía.

—Puedes llamarme Lady Morpheus.

—¿Y... qué... quieres... de...?

—Yo no requiero absolutamente nada de ti, criatura. Es más bien lo que yo te puedo ofrecer —sonrió con malevolencia—. ¿Qué dirías Dakken, si te dijera que no solo puedo devolverte la vida y las fuerzas para vivirla, sino que también te puedo ofrecer aquello que más anhelas?

—¿Y qué... sería eso?

—Venganza. —Aquella oración acarició sus labios e hizo estremecerlo, apretó la tierra con fuerza, rechinando los dientes y sintiendo la sangre hervir por todo su cuerpo—. Oh sí, lo veo en ti, esa ira. Te ofrezco la oportunidad no solo de recuperar tu vida, sino de darle un propósito y cumplir con tu única meta en el mundo, asesinar a Jonathan Mayers.

Dakken tembló, gruñendo como un animal salvaje alzó su deforme y molesto rostro, mirando a la mujer que estaba frente a él. Ella sonrió una vez más y alzó su mano ante él.

—Así que... ¿qué dices?

—Acepto... —alzó débilmente su mano pero ella se quitó y le dio la espalda sin remordimiento alguno.

—Excelente, muchacho. Ahora te doy la bienvenida a la Sociedad Oscura.

Un espasmo le hizo soltar un alarido, su espalda se arqueó a tal punto que parecía que se rompería como una vara. Gritó, sintiendo un ardor indescriptible a través de todo su ser, pero su piel empezaba a sanar, las quemaduras se iban, al igual que todo vestigio de haber estado a nada de morir.
Acabó tendido sobre el suelo, intacto, renovado, renacido a través del mal, y cuando aquella mujer le indicó darse prisa con un simple chasquido, él abrió sus ojos, los cuales habían dejado todo rastro de humanidad atrás, mostrándose rojos como la sangre.

JONATHAN MAYERS REGRESA COMO BLAZER EN