12. Descenso

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Vladimir Kartasof no mentía, aquel enorme almacén ciertamente funcionaba como una bodega en la cual Oni resguardaba su armamento, pero lastimosamente también había dicho la verdad en cuanto a la seguridad

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Vladimir Kartasof no mentía, aquel enorme almacén ciertamente funcionaba como una bodega en la cual Oni resguardaba su armamento, pero lastimosamente también había dicho la verdad en cuanto a la seguridad.

Todo el lugar se encontraba vigilado por decenas de guardias armados, inclusive algunas calles cercanas también contaban con vigilancia extra para así evitar que los curiosos o los despistados siquiera se aproximaran. Pero mientras la vigilancia se mantenía atenta en las calles, tres figuras se alzaban de entre los techos, listas para cargar contra el lugar.

—Nahia y yo nos encargaremos de los guardias que rodean el perímetro del lugar, tú encárgate de eliminar a los vigías en los techos —le ordenó su maestro mientras se colocaba el kasa y su pañuelo. Jonathan asintió, después se colocó la capucha y un pañuelo también, quedando así descubierto únicamente de los ojos.

—Ve con cuidado —le oyó decir a Nahia antes de salir corriendo rumbo al almacén.

—Tú también. —Dijo, y salió de ahí. Corrió cual sombra, atravesando los techos de los locales más cercanos, realizando así maniobras que le permitieron llegar hasta un edificio cercano al almacén de Oni.
Rápido se ocultó donde pudo y observó al techo del lugar, los enmascarados vigilaban el lugar portando imponentes ametralladoras que sin dudas los matarían sin mucho problema, por lo cual debían ser en extremo silenciosos en aquella misión.

Esperó a que el enmascarado se retirara para así correr con la discreción de un gato y lanzarse hasta alcanzar una saliente del lugar. El hombre no sospechó nada, rápido escaló y se posicionó en el techo del local. Mirando como solo había dos vigilantes en el techo.

Entonces corrió rumbo al primero, todos esos años entrenando en K'un Dai le funcionaron a la hora de ser discreto, pues no fue hasta que su brazo rodeó el cuello de aquel hombre que supo que todo se había ido al demonio. Lo sujetó con fuerza, el hombre ni siquiera pudo reaccionar o gritar para alertar a los demás, terminó inconsciente al no poder respirar con normalidad.

Jonathan lo depositó suavemente en el suelo y siguió con el segundo. Cuando acabó de neutralizar a los enemigos en el techo se acercó a un tragaluz para así observar en el interior del almacén a varios hombres de Oni cargando cajas llenas de armamento a enormes camiones.

Continuó mirando hasta que divisó a Nahia y a su maestro entrando silenciosamente a través de una pequeña ventana alojada cerca del segundo piso. Jonathan esperó a que su maestro asintiera, y fue cuando tomó impulso, y junto con los demás, se adentraron en el interior del almacén.
Jonathan destrozó el cristal del tragaluz y cayó justo en medio de los mercenarios que cargaban las cajas, quienes entraron en alerta al verlos.

Un aterrado enmascarado soltó la caja que llevaba hacia el camión y apuntó su pistola contra él. Jonathan se apresuró a lanzar una patada que le arrebató el arma y después volver a patearlo pero esta vez en el rostro. Uno salió de imprevisto y lanzó un par de golpes contra él, los eludió y rápido respondió con un par de puñetazos al rostro, remató con una fuerte patada que lo arrojó contra el tráiler de aquel camión.

Blazer: El Guerrero LegendarioМесто, где живут истории. Откройте их для себя