17. Lo que está por venir

138 26 19
                                    

Había resultado ser una mañana bastante fría, el cielo estaba gris y amenazaba con llover pronto

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Había resultado ser una mañana bastante fría, el cielo estaba gris y amenazaba con llover pronto.
Una ligera brisa pasó por el lugar, agitando las copas de los árboles y regando las secas hojas por todo su alrededor.

Bajó la mirada y contempló la tumba de su maestro, la cual rezaba "Lee Fujimoto, maestro, amigo y padre". Jonathan Mayers pasó el dorso de su mano a través de su mejilla y limpió una lágrima, aspiró con la nariz y trató de contener el llanto.
Justo en aquel cementerio estaban reunidos los únicos que lo llegaron a conocer de verdad y que habían sobrevivido a su vez para estar ahí; Kazumi-san, Midori, Nahia e inclusive la detective Nakamura, quien arribó poco después para presentar sus respetos.

—Lo siento mucho, chico —habló Midori, hizo una reverencia ante él y la tumba, después lanzó un largo suspiro—. La vida puede llegar a ser desgarradora, pero es justo el dolor lo que nos permite fortalecernos y hacernos capaces para así superar cualquier adversidad —palmeó su hombro con suavidad y empezó a retirarse—. Nunca dejes que el dolor nuble tu corazón, Jonathan Mayers.

La mujer se acercó, había conseguido salir del hospital luego de un día, estaba bien, al igual que el regordete gato que llevaba cargando.

—Conocí a Lee en mi juventud —empezó a decir la mujer mientras acariciaba su mascota—. Siempre fue intrépido, valiente y honorable como pocos, que sepas, que siempre lo recordaremos y que su espíritu siempre vivirá en ti, joven Mayers.

—Gracias, Kazumi-san —asintió varias veces y articuló un amago de sonrisa. La mujer palmeó su espalda y se marchó también.
Miró hacia el cielo y suspiró lentamente, entonces sintió un agradable calor que rodeaba su cuerpo, era Nahia, quien lo abrazaba con fuerza.

—¿Te encuentras bien?

—Solo necesito algo de tiempo, ¿sabes? Solo... necesito tiempo.

—Entiendo. —Recogió un mechón de su cabello, el viento lo agitaba bastante, se acercó a él y besó su mejilla con ternura—. Iré llamando un taxi, te dejaré solo unos minutos.

—Gracias.

La detective se acercó y le extendió una carpeta. Jonathan, extrañado, la aceptó y leyó su contenido.

—¿Y esto qué es?

—Un indulto. —Reconoció la mujer, acomodó su abrigo y sopló sobre sus frías manos para brindarles algo de calor.

—¿Un indulto? —Cuestionó con sorpresa.

—Sí, moví algunas influencias y conseguí que te dieran indulgencia ante tus ‟actividades fuera de la ley". Oficialmente ya no estás en la lista de los más buscados, estás limpio y eres libre.

—Que bien me siento —mencionó con amargura. La detective inclinó su cabeza y llamó su atención.

—Sé que no es lo que esperabas, pero todo terminó. Damon y su organización ya no existen, Kartasof se encuentra tras las rejas y espera a ser extraditado, y en cuanto a la Neohumana secuaz de tu hermano, ya la llevan a un centro especializado para lidiar con ella, ya no causará problemas por aquí ni por ningún lado.

Blazer: El Guerrero LegendarioWhere stories live. Discover now