Destellos escarlata [COMPLETA ✔️ Novela 1]

🔸Casi como en los viejos tiempos🔸

Al abrir los ojos y mirar a la izquierda, hacia la única ventana que había en mi habitación, percibí un delgado rayo de sol colarse entre las cortinas y partir el cuarto casi a la mitad. Era un buen día, pensé entonces; una perfecta mañana de primavera como las anteriores, despejada y soleada, con un sol de tibios rayos en lo alto y sin una sola nube en el cielo.
Esas son las cosas que no puedes apreciar verdaderamente cuando tu mente está distraída en problemas y conflictos, pero en ese momento yo podía. Veía todo aquello y sabía que ese sería un mejor día.

Después de una hora aproximadamente que me tomé para darme un baño, vestirme y maquillarme ligeramente, bajé hacia la cocina, la cual, sorprendentemente no estaba sola como yo había imaginado.

— Buenos días — dijo mi mamá sentada a la mesa con una humeante taza de café frente a ella.

— Buenos días — respondí yo sentándome también y tomando una manzana del tazón que se encontraba en el centro de la mesa.

— Y... ¿cómo te fue anoche?

— Bien — respondí encogiéndome un poco de hombros al recordar la noche anterior. Sintiendo como una leve sonrisa se dibujaba en mis labios.

Era un momento silencioso, pero verdaderamente cómodo en el que un calor reconfortante inundó cada rincón de la cocina en donde nos encontrábamos. No recordaba qué tanto hacía que no nos sentábamos a desayunar y hablábamos simplemente de cómo nos iba, y eso había provocado que desde hacía años sintiera estar viviendo con una extraña y no con mi madre.
Pero a decir verdad, sí recordaba el por qué nuestra relación se había resquebrajado. Fue en el momento que ella y papá se divorciaron, y yo sentí un profundo resentimiento, culpándola de lo ocurrido y reprochándoselo cada que podía.

Ahora me daba cuenta de lo difícil que era mantener una relación, de separarse de la persona de quien una vez te enamoraste. Sabía que ella no había olvidado a mi papá hasta unos años después de su separación. No puedes olvidar a alguien tan rápido, y era justo lo que me sucedía con Ben. Además que tenía en cuenta que yo y mi comportamiento no éramos precisamente algo fácil.

— Me alegra mucho que tú y Alexander vuelvan a ser amigos. Él es un buen chico — dijo ella tras un largo momento de silencio.

— Sí, a mí también — exclamé dando una vuelta a la manzana entre mis dedos —. Nunca me hubiera imaginado que volvería a hablarme.

— No le hiciste nada malo para que no quisiera volver a dirigirte la palabra — su taza se hallaba a pocos centímetros de sus labios.

Bueno, tenía razón, nuestra amistad había desaparecido de pronto de la nada, sin problemas de por medio, simplemente un día se había ido sin dejar rastro. Pero ahora estaba allí como si nada, como si esa ausencia nunca hubiera existido en realidad. Y estaba segura de no haber sido grosera con él cuando había estado en el grupo de Renee y Ben. No hasta aquel día que lo estaba pasando mal.