Un Día Menos De Mi Vida

¿Un nuevo hogar u otros infierno?

Abrí lo ojos y quedé impactada al ver que estaba de nuevo en una jaula, pero está vez el exterior era totalmente diferente.

Había un tipo de hoja gigante a unos cuantos pasos de la jaula en donde yo me encontraba ¿Estaba en otro lugar?

—¿Cómo te llamas? —Miré a mi izquierda y me encontré con un león macho enorme.

— ¡No me comas! Por favor, no me comas —traté de alejarme tanto como podía de la bestia salvaje pero la pequeñez de la jaula me lo impedía, pero ayudando a mi pánico a crecer.

— Tranquila, no te voy a comer... Los animales de aquí nos apoyamos mutuamente, somos lo único que tenemos.

— ¿Lo único que tienen? ¿No tienen familia? ¿Tampoco amigos?... —Pregunté intrigada.

— Nosotros somos ahora tu familia, tus amigos... Y todo lo que tienes —El León suspiró y me miró con melancolía.

— Entiendo... ¡Yo tengo un amigo también! Se llama Volat, ahora debe estar feliz donde quiera que esté —Dije mirando el suelo entre feliz y triste. Luego de una pausa incómoda el León volvió a hablar.

— Me llamo Darzi... Por si querías saber.

— ¡Un gusto Darzi yo soy Amelia! —Dije feliz.

— Bueno... Amelia, me tengo que ir ahora; pero regresaré en una hora —Después de decir eso un humano con una liana café sacó a Darzi de su jaula llevándoselo a quien sabe donde

— Familia... —Repetí lentamente recordando la calidez de la sensación de decirle a alguien familia.

— Hola, elefante —El humano con sombrero grande se encontraba afuera de mi jaula con una sonrisa.

— Te voy a poner este collar y vamos a practicar tu rutina ¿Me has escuchado? Jajajaj estoy loco, estoy hablado con una bestia salvaje —Luego de pronunciar aquellas palabras el humano me sacó de la jaula colocándome el "Collar" y dirigiéndome a un lugar circular con asientos al rededor.

— Jefe, el León no está haciendo bien el salto, esta cosa no sabe nada de lo que le he estado enseñando. ¿No cree que sería mejor comprar otro y vender este? sería todo más fácil —El mismo hombre que antes había sacado a Darzi de su jaula hablaba con tono enojado con el hombre del sombrero grande, o como él lo había llamado ''el jefe''

— Mira, ya no tengo tiempo para estas cosas, golpéalo más fuerte o déjalo sin comida. En unos días tenemos una presentación y todo tiene que salir excelente.

— Si señor —El hombre prestó su atención a Darzi quien estaba sentado en un tipo de roca colorida con la cabeza gacha.

— Elefanta, ahora vamos a mostrarte a tus nuevos padres —Al decir aquellas palabras mi corazón se aceleró junto a mi respiración mientras que ''el jefe'' me jalaba la liana en mi cuello hacia dos grandes elefantes y una mujer vestida extravagantemente.

— Jefe ¿Esa es la nueva elefanta? —La muchacha dejó de mirar a los grandes elefantes para correr a mi lado y tocarme por todas partes.

— Si. Te la dejo para que les enseñes a los otros elefantes y la rutina. Yo tengo que hacer el papeleo —Y sin decir más palabras el jefe se fue del sector dejándome junto a los tres seres en frente mío.

— Hola pequeña. soy Tharaa y ellos son Adwin y Zaina ellos serán tus nuevos padres. Bueno, voy a buscar los materiales enseguida vuelvo —. Y así Tharaa se fue dando pequeños saltos.

— ¿Cómo te llamas pequeña? —Zaina se acercó a mi moviendo levemente su trompa.

— Amelia... —Dije tímidamente.

— Es un gusto Amelia, ya conoces nuestros nombres así que no creo que tengamos que repetirlo —Dijo gentilmente Adwin.

— Si, yo no quiero ser su hija... yo tengo a mi mami, a mi abuela y mis tías. Tengo una familia en donde no hay arboles grises ni humanos... —Dije tratado de sonar lo más autoritaria posible.

— Esos arbole grises son los edificios y tranquila nosotros no vamos a ser tus nuevos padres, solo es actuación —Zaina me miraba justo como mi mami me miraba antes; gentilmente, con amor y con cariño.

Sin poder contener mi tristeza, pequeñas lagrimas corrieron mis mejillas haciendo preocupar a ambos elefantes.

— Amelia, ¿Qué sucede? ¿te duele algo? —Preguntó Adwin con preocupación.

— No... no es nada jeje —Articulé para tranquilizarlos.

— Chicos ¿ya se conocieron? ¡qué bien!, ahora podemos empezar la rutina de baile —Tharaa llegó con muchas cosas en sus brazos, pero algo me llamó la atención; un palo con un pincho brillante se ganó mi curiosidad hasta que sentí la voz de Zaina en un susurro.

— A ese pincho le llamamos ''Pyn'' —Dijo apuntando con su trompa al palo con punta.

— Oh... ¿Les gusta el palo? Tranquilos Pronto lo verán de cerca —dijo Tharaa con una sonrisa extraña.

Al escuchar aquellas palabras una única pregunta rondo mi cabeza, es que acaso estoy en un nuevo hogar... ¿o en otro infierno?

Separador echo por: EditorialWolfCat
Mil gracias! Les quedó muy bello