-¿Vamos a patinar?-.

-¿Acaso te estoy poniendo nerviosa, Netted?- bromee golpeteando su hombro con su propia mano aun envuelta en la mía.

-Son años juntos, Hood, eso ya es prácticamente imposible- rodó los ojos haciendo un ruido con su boca como si estuviese restándole importancia.

-Bueno, entonces iremos a patinar y luego tendremos sexo en el auto, nada mejor que tachar dos por uno en nuestra lista- le dije cinchándola de la mano y caminando rápidamente hacia la puerta del local.

-¿Quién dijo que nos arresten por tener sexo en la vía publica este en nuestra lista? ¡ni siquiera sabía que teníamos una lista!-.

-Bueno amor, entérate, porque la tenemos y hoy cumpliremos dos puntos, te lo aseguro, ya verás- le guiñé un ojo completamente convencido comenzando a caminar hacia el lugar donde nos concederían los patines y los ticket para ingresar a la pista.

-¿Recuerdas la primera vez que me invitaste a salir?- me preguntó con una sonrisa realmente hermosa en su rostro que le llegaba a los ojos, mientras patinábamos, o por lo menos intentábamos hacerlo, tomados de la mano tratando de no perder el equilibrio, aunque ciertamente era divertido vernos trastabillar, también doloroso cuando caía pero divertido.

Llevábamos unos cuantos minuto patinando en la pista y por suerte ya íbamos encontrándole la vuelta para no caernos, no era tan difícil con práctica, creo que el secreto estaba en no dejar los pies juntos, pero aún estaba estudiando el método, debo admitir que Phine era mil veces mejor que yo, estaba casi seguro de que no era la primera vez que lo hacía, y de hecho, se veía malditamente hermosa, bueno siempre lo era para mí, pero ahora, con el viento removiéndole el cabello, ese hermoso vestido que traía, esa risa que tenía… era realmente lo más hermoso que conocí alguna vez, y no tenía miedo de decir cuan locamente enamorado de ella estaba.

-Cómo olvidarlo, fue realmente bochornoso- suspiré yendo nuevamente a aquel momento, creo que nunca estuve tan nervioso en mi vida por pedirle una cita a una chica.

-No digas eso, para mí fue muy tierno, te ves tan nervioso- sonrió nuevamente al verme trastabillar y recuperar el equilibrio rápidamente.

-Estaba jodidamente nervioso, tenía miedo de hacerme en los pantalones, lo cual era verdaderamente patético. Era la primera vez que me sentía tan flechado por alguien que ni siquiera conocía, tenía pavor que me rechazaras, en verdad quería salir contigo como nunca con nadie más- le confesé y realmente no recuerdo haber hablado de esto alguna vez antes lo cual era muy raro en la cantidad de tiempo que llevábamos juntos y de la cantidad de cosas que hemos charlado ya.

-Ibas cada día a la cafetería y te sentabas en mi zona, jamás lo olvidaré, siempre tu pedido era un capuccino con brownies de chocolate con nueces, eras tan predecible- negó con la cabeza deteniéndose junto a la barra del borde de la pista provocando que la siguiera.

-Amaba esa cafetería…- suspiré obteniendo de inmediato que Phine me mirara con los ojos sobresaltados en clara señal de reclamo -no más que la tuya amor- agregue con una tierna sonrisa tratando de comprarla con mis ojitos de niño tierno que siempre le pudieron; –pero la cafetería del viejo Dave fue la única salvación para mí cuando me fui a vivir solo- tuve que continuar porque realmente había sido lo mejor que me paso cuando no había comida en mi heladera, lo cual era prácticamente cada día de mi vida.

-Amaba al viejo Dave, aún me cuesta creerme que me haya dejado la cafetería para mí, es una locura creerlo, tenía miles de amigos más que conocía desde la prehistoria y entre todos ellos me eligió a mí, a una simple empleada más- suspiró aun incrédula, y realmente era una desvaríe pensarlo de esa forma pero quien conocía a Dave sabía cuál era su razón.

-Ese viejo te amaba, Phine, eras alguien muy importante para él-.

-Era como un abuelo para mí, fue el primero en darme trabajo de lo que verdaderamente quería hacer, y siempre me trato como una reina, siempre andaba detrás de mi dándome consejos, explicando cómo hacer cada receta, dándome un que otro secreto… ni siquiera me retaba cuando mi brutes arruinaba las cosas, solo me sonreír y me decía que la próxima sería mejor. Estoy segura que la cafetería hoy en día no sería nada sin todo sus consejos- hizo una mueca con la mirada perdida en el infinito mientras que seguramente recordaba a aquel regordete señor canoso, con un extraño bigote sobre sus labios, siempre andando con aquel bastón y una inmensa sonrisa llena de experiencia y vivencias que no se molestaba en ocultar. Ese viejo era una de las mejores personas que alguna vez conocí.

-Agradezco a Dave todos los días por alentarme, si él no se me hubiese acercado aquel día medio en broma a decirme “hey chico, mirándola desde lejos solamente conseguirás gastarla y nada más, mejor levanta ese culo e invítala a salir, eso si cuídala porque te llevas toda una joya” tenía mucha razón ese viejo- sonreí verdaderamente agradecí, jamás me olvidaría de él y lo que había hecho por mí y por nosotros.

-Me subestimas Hood, siempre lo haces- sonríe divertida envolviendo sus brazos en mi cintura por dentro de mi saco y aferrándose lo más fuerte que pudo.

-Te amo, eso es lo que siempre hago y hare- le aseguré depositando un beso en su frente, estaba seguro que no habría nada que pudiese borrar el sentimiento que tenía por ella.

Torn Between Two Lovers ✓Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα