Capítulo II

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Realmente quería enviar a volar a todos en aquellos momentos. Era una invitación secreta, de la cual solo ella debía de saber de esta. Pero no tuvo en cuenta de que le ganaría la curiosidad de saber de quién se trataba, hasta que se expandiera el rumor de esa cita por todo el salón.

Iba pateando un piedrita desde que había salido de la institución, cambiando de vez en cuando cuando perdía una y continuar. Su postura encorvada y las manos escondidas en los bolsillos de su pantalón. Era algo típico en él.

Maldecía entredientes a todos y no se cansaba, y mucho menos al llegar a casa. Al estar en su cuarto, tiró sus cosas por todos lados, para poder cambiarse por una ropa más cómoda. Era viernes, lo que quería decir que no los vería en todo el fin de semana. Eso esperaba.

Un poco más relajado, si así podía decirse, se sentó en la orilla de su cama a pensar. Asistiría a esa cita sin importar lo que sucedió más temprano. Quería que fuese sorpresa para Takei saber quién era él. Luego, ya no le importaría lo que dijesen los demás al descubrirlo.

Sintió su celular vibrar sobre su escritorio. Era una llamada. La ignoró para seguir pensando, pero la persona que quería contactarlo, no dejaba de insistir.

Ya lo irritaba.

Molesto y a punto de echar humo, se levantó a tomarlo.

—¡¿Quién es, pedazo de mierda?!

—¡Ey! Bakugo, tranquilízate.

Era Kirishima Eijiro.

Bufó molestó, sentándose de mala gana sentándose nuevamente.

—¿Qué?— soltó bruscamente.

—¿Quieres venir conmigo y los chicos? Planeabamos ir a dar una vuelta o algo así.

No dijo nada, solo quedó igual que antes. Aunque no lo viese, el de cabellera roja podía imaginarse el rostro del muchacho.

—Y Ashido no vendrá. Dijo que tenía una pijamada con las chicas— informó.

—¿Y eso a mí qué me importa?

—Solo lo decía para pasar un tiempo entre hombres. Si no quieres, está bien.

Fue entonces que quedó pensando. Debía de tratarse de una pijamada entre todas las muchachas del salón. Lo cual, la incluía a ella. Probablemente hablarían de cosas de ellas y de esa invitación. ¿Lo harían? ¿Intentaría averiguar de quién se trataba? ¿O ya lo habían olvidado finalmente?

Bueno...— habló entredientes, aceptando la invitación.

—¿En serio?— interrogó sorprendido el apellidado Kirishima, abriendo sus ojos de a par.

—¡Si quieres que no vaya solo dilo!— colocó el celular frente a su rostro mientras se disponía a gritarle.

—Tranquilo, y sí queremos que vayas— nuevamente intentó calmarlo.

Tras unos segundos, intercambiaron unas palabras y gritos por parte del de cabellos rubios ceniza, y finalmente colgó este último.

Se recostó. Era viernes, y era muy obvio que ya muchos tuvieran planes para ese fin de semana. No había pensado que llegasen a tener una noche de chicas, ya que no se las había visto comentando al respecto. Probablemente lo mantuvieron en secreto porque las últimas veces Mineta las estuvo espiando, y él fue una de esas veces que lo atrapó y lo delató ante ellas.

Al menos quería parecer un héroe ante los ojos de Takei _____, sin darse cuenta.

En pocas ocasiones cruzaron diálogos desde que se conocieron, en otras palabras, desde el comienzo de ese año escolar. En un inicio, le caía igual que el resto. Pero no supo bien en qué momento comenzó a gustarle. Y cómo.

Ni él podía creer que le gustase alguien.

Pasó sus manos por debajo de su nuca, observando el techo mientras seguía en lo suyo.

Relajó su semblante al recordar el rostro avergonzado de la muchacha ante lo que decía Ashido frente toda la clase 1-A. ¿Cómo hubiera sido su reacción si le hubiese dicho que era él? ¿Se lo habría comentado a alguien para llegar a que todos lo supieran?

Escuchó su celular nuevamente vibrar. Algo molesto tanteó hasta tomarlo de nuevo, y chequear qué sucedía ahora. Era una notificación de la página de la que había sacado aquella idea de la invitación secreta. Lo romántico no era lo suyo, y al no querer comentárselo a nadie antes de que ella se enterase, decidió buscar un poco al respecto. Y le resultó un perfecto plan.

La borró. Por los momentos no requería de sus servicios. Se sentó, apoyando sus codos sobre sus rodillas que estaban separadas. Aún faltaban cuatro días de cualquier modo, suficiente para luego seguir investigando.

¿Qué tal este comienzo de año? ¿Todo bien?

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Besos ♥

TE INVITO UN CAFÉ |Bakugo Katsuki y tú|Where stories live. Discover now