Capítulo XV

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Pasaron veinticuatro horas desde ello, y ya estaba en la misma cafetería, haciendo fila para comprar y llevar. Vestía con ropa más normal, intentando no parecer la misma chica del día anterior. Que vergüenza.

Sintió como alguien se posaba detrás de ella, continuando con la formación. Por el reflejo de una puertita de vidrio en el que guardaban vasos y tazas, logró divisar que se trataba de cierto chico con particularidad explosiva.

Volteó de inmediato, provocando que Bakugo alzara la vista de su celular, viéndola con un semblante neutro.

—Hola Bakugo.

—Hola— fue lo máximo que dijo.

—¿Qué haces aquí? No te había visto antes en este lugar— confesó su duda.

—Vengo desde hace un tiempo a comprar en esta cafetería.

—Vaya, no te he visto. ¿Vienes seguido?

Esperaba que la callara mandándole a la mierda, como él mismo había dicho tiempo atrás. Pero le sorprendía que continuara hablándole, aunque todavía con el mismo semblante.

—No mucho.

Por su parte, Katsuki no había esperado en lo más mínimo toparse con ella allí. Se había distraído bastante con la página en busca de consejos por lo que hizo antes.

—¿Qué tal tu cita ayer, trucos baratos?

La pregunta hizo que un gesto de impacto y disgusto se pintara en el rostro de la apellidada Takei.

—Justo cuando estaba por irme, llegó la persona que menos esperaba.

¿Qué? ¿Cómo podía ser eso posible? Las cejas de Bakugo se fruncieron ligeramente, aprovechando que la chica estaba observando el suelo mientras le comentaba.

—Fue Mineta con un ramo de flores, rogando que él quería ser el único que quería tocar... mis... Bueno, ya sabes cómo es Mineta— lo vio con obviedad y un leve rubor en sus pómulos. Esa había sido su vergüenza del día anterior, y más si lo había gritado.

Le preocupaba que siguiera creyendo que había sido una broma, y más por la estupidez que realizó Mineta Minoru.

—¿Era él?

—No, no era él— dijo aliviada, provocando que el chico también se sintiera así aunque no lo mostrara.

—¿Y cómo lo supiste?

—Es un tarado en ese aspecto como para que se le ocurriera algo así.

Al percatarse de lo que dijo, tapó su boca a la vez en que abría bien grandes sus ojos, observando al rubio ceniza sonrojada por ello. Pero, ¿por qué había esperado que él le dijera que no dijiste eso? Después de todo, era Bakugo Katsuki. De lo contrario, dibujó una sonrisa de lado, poniéndola nerviosa.

Se volteó un poco para avanzar en la fila.

—¿Y qué vas a pedir?

Preguntó sin verlo ahora.

—Un americano. ¿Tú?

Realmente le era algo completamente nuevo el hecho de que Katsuki quisiera hablar. Estaba sumamente calmado.

—Latte.

Hasta ahí llegó la conversación. Y luego de unos minutos, ya era turno de la castaña clara, quien hizo su pedido y uno de más, llamando la atención del muchacho detrás de ella.

Al acabar de pagar, volteó con cuidado, entregándole lo que iba a pedir Bakugo para llevar, extrañándolo.

—Toma. Vamos, acéptalo— le sonrió.

Lentamente lo tomó, para salir de la formación junto a la de particularidad de mago.

—No lo vuelvas a hacer— lo agarró y le pasó el dinero, para empezar a irse de inmediato, confundiendo a la apellidada Takei. Por como actuó antes, al menos esperaba un "gracias". Después de todo, seguía siendo Bakugo Katsuki.

Pero en realidad el motivo por el que se marchaba, era para que no le viera el sonrojo que sentía en el rostro. No era mucho, pero se trataba de uno. Y todo por su mueca sonriente y el lindo gesto que tuvo hacia él.

Podía decir con suma seguridad que era una de las pocas personas que tanta paciencia le tenían.

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Besos ♥

TE INVITO UN CAFÉ |Bakugo Katsuki y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora