Uno mi frente a la de ella, mirando sus ojos cargados de placer, su mano se pasea por mi abdomen hasta que llega al botón del pantalón. No duda mucho en desabrocharlo y sacar mi pene, un gemido gutural sale de mi garganta cuando comienza a mover su mano por todo mi falo. 

—Eres mío, Alex, solo mío —veo en su mirada un breve destello de rojo, pero tan rápido como apareció, desapareció. Me olvido de eso al sentir su boca sobre la mía y  su mano follarme más rápido —. Dilo —exige moviéndose contra mí.

—¡Por la diosa! Soy todo tuyo —su coño se contrae, su espalda se arquea y explota en el orgasmo, no tarde en seguirla y ensuciarla de semen. 

Nuestra respiración es acelerada, ambos nos miramos con una sonrisa tonta y satisfecha. Me dejo caer al lado de la cama y la atraigo conmigo encima de mi pecho. Mordisquea su labio inferior y me mira con nerviosismo.

—¿Qué pasa? ¿No te gustó?

—¡¿Qué?! ¡No! Digo, sí me gustó —La miro confundido y sobo su espalda tratando de tranquilizarla —. Lo que sucede es… es que quiero… que me folles —habla tan bajo al decirlo, evitando mi mirada. No puedo evitar soltar una carcajada y que mi polla reaccione al escucharla.

—¡Alex! —chilla mirándome molesta —. No es gracioso —golpea mi pecho y yo sigo riendome —. ¿Sabes qué? Ya no quiero nada —bufa bajándose de mi, me quedo viéndola enfurruñado, ¿es normal que esté tan loco por ella?

—Ven aquí, Kaela —digo embobado observando su cuerpo desnudo.

—Jo- de - te —Me enseña su dedo medio —. Y estoy toda sucia por tu culpa.

—Cuando te estaba ensuciando no vi que pusiste ninguna queja, creo haber recordar que decías: ¡oh, si! Dame mas, Alex —imito su voz riendome. Intenta entrar al baño, pero antes de que suceda ya estoy rodeando su cintura; quiere soltarse, sin embargo, no la dejo.

—¿Es que acaso no me deseas? —pregunta dándose la vuelta quedándonos frente a frente. Tiro suavemente de su cabello y llevó su mano hacia mi polla.

—Siempre estoy duro por ti, te tengo en mi mente en cada jodido segundo del día, muero por hacerte mía, pero no será hoy. Me tengo que ir y no quiero simplemente hacer un rapidito, quiero hacerte el amor, recorrer cada unas de tus curvas y memorizar los pequeños detalles de tu cuerpo, te quiero, Kaela y no deseo hacer las cosas mal —por un momento no dice nada, cosa que me pone ansioso —. Lun... —su boca uniéndose con la mía eliminó, cualquier pensamiento, enredó su brazos a mi cuello pegándose mas a mi cuerpo.

—No quiero que te vayas —susurra entre besos —, eres mío.

—Hoy estás muy posesiva —sonrio feliz —. Te dije que vinieras conmigo.

—No puedo, los días en la universidad son intensos. 

—Solo permaneceré dos noche fuera, si la reunión con el rey no fuera importante, te juro que me quedaría contigo. 

—Bien, ahora vamos a tomar una ducha antes de irte.

[...]

—Samuel y tú estarán a cargo de la manada hasta que James y yo lleguemos —Inmediatamente digo eso la sonrisa de su cara se transforma en una mueca de terror.

—Oh, no. Me quedaré en la manada porque estarás afuera, pero no para estar encargada de personas. La última vez que tuve a alguien a mi cargo, no terminó nada bien —tiembla entres mis brazos cuando dice esto. 

—Ey, mírame —hace lo que le digo lentamente —. Sino te sientes preparada, no tengo problemas. Te dije que haremos las cosas a tu ritmo. 

—Gracias —musita aferrada a mí.

—Ahora me tengo que ir, no hagas nada malo —asintió, bese sus labios por última vez.

James me esperaba al lado de la camioneta junto a los guardias que nos acompañaría, sería un viaje de cuatro horas para llegar al pueblo Saint-Sauveur, donde vivía nuestro rey. Verlo no es algo de mi agrado, nunca nos llevamos bien y no creo que lo hagamos en un futuro cercano.

El viaje hasta el castillo fue sin ningún inconveniente, conozco estos bosques como la palma de mi mano. Cuando padre estaba vivo, fue lo primero que nos enseñó a las gemelas y a mí, debíamos aprender orientarnos y estar en contacto con nuestra naturaleza.  

Los altos pinos y montañas se encuentran pintados de blanco por la nieve, era mi época favorita del año, hasta que murieron mis padres.

—Alfa, beta ya llegamos —contemplo a través de la ventana lo que dice mi guardia y efectivamente estábamos en la entrada del castillo.

Justamente cuando bajamos las enormes puertas se abrieron y antes nosotros apareció el mismo alfa supremo.

—Hermano...

¡Hola, hermosuras! ¿Qué les pareció el capítulo?

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¡Hola, hermosuras! ¿Qué les pareció el capítulo?

Dato: Los Boutlyn son unos demonios, creados por el dios del engaño, Loki. Por eso algunos de ellos tienen la habilidad de transformarce en otros seres. Al contrario de los vampiros, ellos se alimentan de las almas y el dolor, son crueles y no pueden sentir sentimientos mas allá de su otra mitad e hijos.

Los ojos de nuestras Kaela por un momento cambiaron y se encuentra más posesiva...

Y nuestro Alex es el hermano de alfa supremo.

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Les quiere, March.






 

 









Eres mía© [#1]✔Where stories live. Discover now