Cap.4

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Acuérdense de luchar por lo imposible, porque lo posible ya se agotó -Anónimo.

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Alex

—Por más que trates de correr, nunca escaparas de las garras del lobo —su cuerpo se tensa cuando escucha lo que digo.

Paso mis brazos alrededor de su cintura y la ayudo a levantar, pego su cuerpo al mío sintiendo su calor; trata de alejarse, pero no la dejo.

—Por favor —suplica —. Déjame ir, te juro que no te denunciaré, pero déjame ir.

—No —Poso mi mano en su mejilla donde tiene algunos raspones. Matt gruñe, no le gusta ver a nuestra luna lastimada —. Te estuve esperando por mucho tiempo y no te dejaré. Eres mía, mi alma gemela, mi luna y no podría vivir sin ti.

—¿Cómo puedes decir eso? —habla entre dientes —. Esto es un puto secuestro. Además, tengo novio y lo amo.

Aprieto mis manos en puño, mi lobo quiere tomar el control y buscar a ese hombre para matarlo. Estoy furioso porque ella no puede amar a otro hombre que no sea yo. Estampo mis labios con los suyos, en un beso furioso y arrasador, gimo sobre su boca y sé que será mi perdición y su cuerpo mi delirio.

Trato de unir mi lengua con la suya, pero no me lo permite. De manera delicada muerdo su labio y lo jalo suavemente haciendo que suerte un jadeo, donde aprovecho para unir nuestras lenguas.

La acorralo en unos de los árboles cercanos y sigo besándola como si no hubiera mañana, me responde de la misma manera; fuerte y salvaje. Nos separamos en busca de aire, sus labios están rojos e hinchados. Su mirada oscurecida por el deseo, hace palpitar mi miembro dentro de mis pantalones, haciéndolo incómodo casi doloroso.

Dirijo mi cabeza a su cuello, donde muy pronto estará mi marca. Comienzo a repartir húmedos besos por su garganta y clavícula. Los gemidos de mi luna son suaves y delicados, provocando que Matt y yo nos excitemos más.

—Oh, D-dios Alex —gime. Lamo y mordisqueo su cuello haciéndola estremecer de placer. Paseo mi mano por su cintura hasta llegar a la curva de su trasero —. D-debemos parar tengo novio.

—Te haré olvidarlo si es necesario, pero tú eres mía —vuelvo a unir nuestros labios en un beso más delicado, saboreándola.

Me aparto de ella cuando escucho unos pasos cerca, agudizo mis oídos para escuchar mejor.

—Protege a nuestra luna, hay un vampiro cerca.

Miro a mi alrededor y detengo mi vista en un punto fijo. Cubro con mi cuerpo a Kaela cuando veo acercarse al chupa sangre.

—¿Qué pasa?

—Haz silencio —le digo con la vista fija en el vampiro —. ¿Qué haces en mi territorio? —pregunto con mi tono alfa.

—Tranquilo lobito —levanta la mano en señal de paz —. Solo estaba caminando y me salí de mi territorio.

—Entonces lárgate de mi manada —gruño a lo que él sonríe burlonamente.

—¿Y la humana? ¿No piensas compartirla?

—Si quieres salir con vida, vete ahora.

—¡Ya sé! Esta débil humana es tu mate —no respondo, vuelve a sonreír dejando sus colmillos a la vista —. Esto va a ser divertido —dice antes de abalanzarse hacia mí, al mismo tiempo de que Matt toma el control de mi cuerpo convirtiéndose en un gran lobo negro. Escucho el jadeo de horror de mi mate.

El vampiro trata de llegar a mi luna, pero me abalanzo sobre él, cayendo ambos al suelo. Intenta morder mi cuello, pero lo esquivo con agilidad y logrando morder unas de sus piernas.

—Estúpido pulgoso, me la pagarás.

Pienso que se va a abalanzar sobre mí, pero sus movimientos son otros y va directo a Kaela, listo para atacar. Con mis patas delanteras lo ataco con un fuerte golpe para evitar que llegue a ella. En un pequeño descuido me ataca, lanzándome unos pasos lejos de ellos.

Aprovecha la pequeña ventaja para agarrar a mi mujer, quien comienza a removerse entre sus brazos.

—Deja de moverte si no quieres morir  —gruño mostrando mis grandes dientes y él sonríe. Mi mate no hace caso y sigue intentando soltarse. Aprieta su agarre haciendo que gima de dolor.

Lo mataré.

Antes de que pueda llegar hacia ellos la maldita sanguijuela tira a mi luna por los aires, provocando que se golpeara su cabeza con unos de los árboles.

—Ups. Creo que se rompió algunos huesos —carcajea.

—Voy a acabar contigo.

—Quiero verte internarlo, perro.

Ambos nos golpeamos con furia, llevamos varios minutos en esto, y es hora de acabar con él. En unos de su mal movimiento hundo mis garras en su estómago, aunque sé qué esto no es suficiente y arranco su cabeza.

Me transformo rápidamente a mi forma humana y corro hacia mi mujer sin importar mi desnudes. Cuando estoy a su lado me doy cuenta de que en un lado de su cabeza sale mucha sangre y que esta inconsciente. En un rápido movimiento la sostengo entres mis brazos y salgo lo más rápido que puedo hacia mi manada.

—Te pondrás bien mi luna, lo prometo —susurro.

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¡Sorpresa gente hermosa! Subí este capítulo porque los quiero, además el anterior era muy corto. Aunque este tampoco es largo.

Si les gustó, dejen su voto y comentario.

Los quiere, March.

Eres mía© [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora