El frío rodeó mi cuerpo, provocando que me cubriera aún más con las sábanas de mi cama.
Hacía demasiado frío.
Debía ser porque no había comido.
Estiré mi brazo hasta la pequeña mesa de luz, dando palmadas hasta toparme con mi celular.
Me reincorporé sobre el colchón, mirando la hora y revisando los mensajes que tenía perdidos.
Ah,
Era lunes.
Entre los mensajes encontré el de un número desconocido, diciendo que se trataba de Miyeon y que había conseguido mi número a través de Soyeon.
Soyeon, quien también me habia dejado mensajes.
Diciendo que me fuera del departamento temprano, o que no le abriera la puerta a la dicha castaña.
Lo sabía, realmente sabía que todo lo que estaba pasando estaba mal.
Soyeon no es mala, ni nunca lo fue.
Solo que de tres personas, solo dos vivieron y vieron la realidad.
La tercera la sufrió.
Y se vio obligada a olvidarla.
También había mensajes de una de mis compañeras de trabajo, diciendo que me veía el lunes y contándome sobre una nueva canción que había descubierto.
No está bien lo que quieres que pase Miyeon.
