Pero y si recordabas prácticamente nada, ¿porqué es que tu ceño estaba fruncido al mirar alrededor de la casa?
Te giraste a verme, como para confirmarme que ibas a hacer un movimiento sin importar lo que dijera.
Y fuiste directo a la alacena, abriendo despacio una de sus puertas.
Y como temías, no había nada allí.
Porque no había nada dentro de mí tampoco.
Fuiste rápidamente a abrir el otro estante.
También estaba vacío.
En los cajones había como máximo algún que otro cubierto sólo y perdido por ahí.
Te apresuraste hasta mi refrigerador.
Basta Miyeon por dios.
Todo aquello me hacía sentir patética, habiendo quedado descubierta de la peor forma.
─Minnie─sentenciaste girando a verme con furia en tus ojos.
Pero no estabas enojada, estabas aguantando dolor; otra vez.
¿Porque tan solo era capaz de hacerte sentir mal?