Capítulo 28

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Se sentó en la tierra fría, recostando su espalda contra el estanque de mármol mientras esperaba lo que fuera que le deparara el destino.

El suelo estaba helado pero cualquier cosa era mejor que aquella cama de aspecto malévolo.

Movía su mano derecha de un lado para otro, podía sentir como creaba una pequeña corriente dentro del estanque; su habilidad con el agua no era tan buena como la de Percy, pero aquella era la única arma que tenía a la mano. Además, junto al agua se sentía fuerte.

La dracaenae, que no se había movido de su lugar en horas, desapareció en algún momento de la noche siendo relevada por Luke.

Llevaba una caja cuadrada en las manos que era inconfundible y un six pack de refrescos.

Se sentó junto a ella sin pedirle permiso, recostándose a su vez en el estanque, y le sonrió de forma agradable. Era como si el episodio anterior nunca hubiera ocurrido.

El muchacho abrió la caja y el olor hizo que el estómago de Fransie le recordara que seguía siendo humana.

— ¿Pizza? —preguntó Luke ofreciéndole un trozo.

Fransie pensaba que un amante de la pizza no podía ser tan malo, incluso si intentaba derrocar el olimpo, pero luego vio la piña.

— Tu intentas con todas tus fuerzas que el mundo te odie... —apuntó ella mientras mordía un trozo de su porción.

— ¿De qué hablas? —preguntó él

— ¿Fan de la pizza con piña? amigo, quieres ver el mundo arder.

Luke soltó una carcajada. Parecía como si no se esperara ese tipo de comentarios de parte de su prisionera, porque no paró de reírse hasta casi ahogarse con la comida. Tomó un sorbo de Coca-Cola mientras intentaba calmar su respiración.

— Si todo hubiera sido diferente, podríamos ser amigos. —dijo mientras le pasaba una lata de refresco a la chica.

Fransie se sorprendió ante aquel comentario, pero lo que más le sorprendía era saber que concordaba con él.

— Tienes razón —le respondió ella.

Él la miró estupefacto. — No pensé que estuvieras de acuerdo.

— Si no fueras un traidor que intentó matar a mi hermano...

— Detalles. —Bromeó Luke.

— Los pequeños detalles hacen las relaciones. —dijo ella.

Fransie tomó otro trozo de su pizza hawaiana, no recordaba la última vez que había tenido tanta hambre.

— Fransie... —Luke tenía la vista clavada en el suelo y fruncía el ceño con preocupación— ¿De que trata tu maldición?

Fransie levantó las cejas con curiosidad.

— Pensé que lo sabías.

— No sé los detalles.

— ¿Por qué debería decírtelo? no confío en ti.

— Tienes razón —concordó con una risita— es solo que... te vi cuando Atlas te jalaba con esa clase de... fuerza invisible y... no me gustó. No quiero ni pensar en lo que se debe sentir no poder controlar tu mera existencia, es...

— No tienes porqué sentir lástima por mi.—lo interrumpió Fransie.

El muchacho la miró a los ojos, parecía sinceramente preocupado.

—Esta es la razón por la que estamos haciendo esto, Fransie, para que personas como tu no sean malditos arbitrariamente por los dioses solo por un capricho.

A la chica no le gustaba admitir que Luke tenía razón, pero la tenía. Desde que había descubierto que había sido maldita por Afrodita su vida se había convertido en un viene y va de malestar, vergüenza y peligro. Fransie respiró profundamente y le recitó su maldición. Total, ¿que tenía que perder?

Luke se tomó la barbilla dejando un trazo de grasa de pizza en su rostro.

— La gente suele pensar que las maldiciones y profecías son muy complicadas, pero la verdad es que suelen ser bastante claras, los dioses intentan ser poéticos al crearlas, pero no son buenos para utilizar metáforas. —dijo el muchacho mientras analizaba lo que Fransie le acababa de contar. La chica casi podía ver su cerebro funcionando. ¿De verdad estaba interesado en ayudarla a romper su maldición o era una treta?

— Para mi es bastante claro —dijo ella con un tono de voz cortante— la maldición solo se romperá cuando alguien que esté enamorado de mi muera, y como nadie se enamorará de mí, no hay forma de romperla. Además, jamás permitiría que alguien que es importante para mi se sacrifique.

— Estás siendo demasiado críptica, Fransie, la mayoría de las maldiciones son mucho más sencillas de lo que las personas creen. Vamos a ver —Luke se puso frente a ella e hizo que ella se girara a su vez de forma que ambos quedaron uno frente al otro— dime de nuevo la primera línea.

— ¿Quién eres? ¿un experto en maldiciones olímpicas?

— ¿Alguien más ha intentado ayudarte con esto?

Fransie se sintió atacada pero se rindió y negó con la cabeza. —creo que nadie está lo suficientemente interesado.

— Pues hoy es tu día de suerte, así que dime la primera línea.

Fransie suspiró exasperada, pero le siguió el juego.

— "El amor no correspondido en tu vida será" —recitó.

— ¿Ves? demasiado literal. Eres la reina de la friendzone. Continúa.

Fransie lo fulminó con la mirada.

— "... y tu deseo en tus descendientes se cumplirá. Deseada por poderosos querías ser y tú sangre futura eso podrá tener"

— Muy bien, detente —dijo Luke poniendo a trabajar sus neuronas—, ¿De quién era el deseo?

— Mi madre. Se lo pidió a Afrodita. —respondió Fransie sin dar más detalles y evitando la mirada del muchacho.

Luke pareció entender la indirecta y no ahondó más en el asunto. Asintió, aun metidos en sus cavilaciones— Siguiente. —le pidió.

— "Sólo cuando el amor la sangre derrame en sacrificio, tu destino romperá este maleficio". —concluyó Fransie.

— ¡Eso es, ahí está! —exclamó el muchacho con entusiasmo— una laguna legal.

— ¿Una que?

— Es la clave para librarte de tu maldición. —le dijo Luke con los ojos brillantes, como si hubiera descubierto el santo grial— debes matar al amor.

Fransie rodó los ojos con desdén.

— Ya te dije que no dejaré que nadie se sacrifique por mí, mucho menos voy a matar a alguien solo para salvar mi pellejo.

— Te estás complicando la vida, chica, tal vez no debes buscar a alguien que esté enamorado de ti, ya que la maldición hace que las personas no desarrollen ese tipo de sentimientos hacia ti. Pero ¿Qué tal si cuando se habla del "amor" no se habla de un sentimiento en sí? ¿Qué tal si es una persona?

— No estoy entendiendo nada.

— ¿Qué tal si esa persona es un dios?

Eso era todo. Luke había perdido la cabeza. No podía creer que le estuviera haciendo caso a un seguidor de Cronos, obviamente tenía que estar deschavetado.

— Oye, creo que tanto soñar con Cronos te revolvió un poco los sesos.

— No, Fransie, escúchame, —continuó Luke ignorando su comentario— ¿Quién es el amor personificado como dios?

— Podría ser Eros, Cupido o...

— Tal vez —la interrumpió el muchacho— pero tiene más lógica que sea Afrodita.

La chica no podía creer lo que acababa de escuchar.

— ¿Dices que debo matar a Afrodita?

Hija de los Mares (Percy Jackson Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora