Capítulo 32 (parte II)

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Si antes me sentía abrumada, ahora estoy en el paraíso. Hemos entrado en una tienda con hermosa mercancía, y lo mejor es que la tenemos para nosotras, ya que no hay casi nadie dentro.

—¿Puedo ayudarlas? —se nos acerca una joven, no muy mayor a nosotras.

—Estamos buscando vestidos para un baile escolar —responde Daphne por todas.

—Por aquí —nos dirige hacia una sección donde hay vestidos de todos los colores posibles, no son excesivamente formales, pero son decentes para un baile adolescente.

—¿Segura que quieres ese? —le pregunta Maddie a Daphne, quien se ha quedado mirando un lindo vestido rojo.

—¿Por qué lo dices? —ella frunce el ceño, apartando la mirada del vestido para mirar a su amiga.

—Harás que te confundan con las cortinas del gimnasio.

—Ja. Ja. Ja. Muy graciosa, Maddie —entorna sus ojos, mientras la mira con cinismo.

Cada una tomamos direcciones diferentes en la sección que nos ha recomendado la chica, mirando distintas opciones. Por mi parte, ojeo los vestidos de colores más vivos, evitando el rojo.

—¡Ally! —escucho la voz de Madison exclamar mi nombre.

Inmediatamente volteo en su dirección, me hace señas con su mano para que me acerque a ella, tiene varios vestidos en sus ganchos colgando de su mano. Todos de color pastel.

—Pruébate estos —me los entrega todos y miro las prendas de forma inexpresiva... esos colores no me convencen mucho—. Estaré afuera del probador, sal luego de probarte cada uno —asiento con desgano. La idea de probarme cosas que no quería no me anima mucho.

Cierro la puerta detrás de mí y cuelgo los vestidos en los ganchos disponibles. Miro el primero que tenía a la vista.

Consiste en un vestido color coral, que se ciñe en la cintura con una liga elástica, es de tiros y tiene una especie de red como escote que llega a media espalda.

Deslizo la suave tela por sobre mi cabeza, la falda cae como cascada hasta donde llega, acomodo la liga en su lugar para que el vestido quede como va, llegándome un poco más arriba de la rodilla y paso parte de mi cabello por mis hombros, dejando los mechones cortos caer a los costados de mi rostro, cerca de mis ojos. Las ondas de mi cabello caen con naturalidad sobre mi pecho, dándome el aspecto que me gustaba llevar.

Salgo del probador y efectivamente, Maddie está ahí esperándome. Sus ojos me examinan por completo, la expresión en su rostro es neutra, no demuestra nada.

—Te queda hermoso —finalmente habla luego de unos segundos—. Pero no va con la ocasión. Aunque deberías comprarlo de todas formas, te vendría bien para una ocasión menos formal.

Entro de nuevo al probador. Luego de quitarme el vestido, lo coloco en su gancho y lo guindo en una percha aparte, vale la pena seguir el consejo de ella con ese vestido. Realmente me gusta cómo me veo en él.

Enamorado de un fantasma [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora