MIND GAME ──VideoJuegos One-Shots

˗ˏˋ Ren Amamiya ෆ P5 ˎˊ˗

—¿Mona, alguna idea? —preguntó Makoto y el felino suspiró con pesadez.

—Este palacio no es como nada que haya visto antes. También es muy diferente de la vez que entramos al palacio de Oracle a pesar de que (TN) deseara que viniéramos. Somos vistos como enemigos pero a la vez tenemos libertad de andar por donde queramos. Es como si... se sintiera tan vacía que ni siquiera tiene intensión de oponer resistencia a lo que le pase pero a la vez desconfía de los demás, eso es lo único que se me ocurre.

           El palacio de (TN) era parecido a la nada, en todas direcciones solo se podía ver blanco, era imposible distinguir donde empezaba el cielo y dónde el suelo, el lugar estaba completamente vacío, no habían estructuras u objetos que les indicara nada y a salida hacía un buen rato que la habían dejado atrás. Los jóvenes se separaron unos cuantos metros poniéndose en un círculo para intentar cubrir la mayor cantidad de ángulos posibles, agudizaron su vista para ver si podían divisar algo en la lejanía del horizonte.

—¡Por aquí! —gritó Ren llamando la atención del resto de sus compañeros y a continuación corrió sin apartar de su vista su objetivo, como si estuviera mortificado de que desapareciera.

           En seguida llegaron a donde su líder los guiaba. Lo que él había visto fue un bulto en el suelo el cual era nada más y nada menos que la sombra de (TN), la chica cuyo corazón debían cambiar para salvar su vida, rodeada de sombras con apariencia humanoide grotesca, tonalidad oscura en todo tu cuerpo, sonrisas amplias y burlonas, con sus largos brazos y dedos raquíticos apuntaban hacia la sombra chica a la vez que canturreaban frases hirientes como "eres una inútil", "no hay futuro para ti", "eres una carga y deshonra", "nadie te quiere", "enciérrate, así le evitas a los demás el desagrado de tolerarte", "no importa cuánto te esfuerces, jamás lograrás nada", "desaparece de la vida de una vez"; así era como la triste chica veía a todos los que la rodeaban. Ella estaba sentada de la misma forma que Futaba suele sentarse, la diferencia es que abrazaba sus piernas y ocultaba su rostro en sus rodillas como si tratara de ocultarse de la situación que la rodeaba, su cabello caía como cascada a sus costados evitando así que se viera algo de su cara; en su pie derecho tenía un grillete con una enorme y pesada bola de hierro que la mantenía inmóvil en su lugar. Justo al lado de ella se encontraba su tesoro encerrado en un baúl.

—¡No los escuches, (TN)! —gritó Ann consternada. Ren, sin dejar continuar ese calvario ni un segundo más, se apresuró a entrar en combate contra las sombras, derrotando a cada una junto con sus compañeros.

           Después de una serie de exhaustivas batallas, los Phantom Thieves intentaron dialogar con la sombra pero fue inútil. No obtuvieron nada de información de ella por lo que desistieron, solo le pidieron que les enseñara el regreso a la salida y al momento de manifestar dicho deseo unas pálidas flechas casi imperceptibles aparecieron en el suelo para guiarlos al lugar por donde entraron.

           La muchacha era una estudiante de segundo año que también asistía a la preparatoria Shūjin; debido a que ella estaba en otro salón no solían interactuar con la chica, de hecho, ni siquiera la conocían hasta que en un evento donde se juntaban todos segundos grados le tocó a Ren hacer equipo con la desconocida. Su primera impresión fuera que era callada, tímida, evitaba a los demás y trataba de hacer el menos uso posible de la comunicación verbal con su propio equipo, al azabache incluso pasó por su mente que tratarse de una persona muy apática. Sin embargo, por azares del destino se vio en la necesidad de contactarse con ella, por lo que buscó entre sus compañeros a alguno que tuviera su número de celular. Para desagrado suyo esa fue una tarea más difícil de lo que esperaba, parecía que la chica no tenía mucho contacto con sus compañeros y su misma necesidad de evadir a las personas la obligaba a irse de la Academia tan pronto sonara la campana de salida. En el salón de la chica encontró a una sola persona que lo tenía, pero al dárselo le advirtió que hacía mucho tiempo que no la contactaba por ese medio por lo que desconocía si habría cambiado de número en algún momento. Aun con ese pequeño riesgo, Ren se lo pidió, de todos modos si estaba erróneo no le quedaría más que buscarla al día siguiente.