[RECUERDOS P.5]

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[ Isaza ]

Cuando abrí la puerta de la habitación la mirada de mi pequeño ya estaba centrada en ese punto; sus ojos bonitos me miraron con recelo al colocar a penas el primer pie en el interior, es como si supiera que yo sería era su primer visitante y tenía la expresión más vacía ya preparada para recibirme. O al menos eso me hizo sentir.

Con lentitud me adentré en esas cuatro paredes sintiéndome innegablemente incómodo por los ojos de Martín que me seguían durante mi corto recorrido; él se abstuvo a pronunciar alguna palabra y yo no me sentía con la valentía suficiente para romper ese silencio.
Me detuve frente a su cama para mirarlo un rato y cuando mis ojos chocaron con los suyos desvió su dirección nuevamente hacia la puerta.

Frío, tan frío.

Parecía estar hecho de roca, su rostro no mostraba ninguna emoción. Es como si ni siquiera se tomara la molestia de odiarme, lo cual si lo piensas es aún peor.

─Te traje tu teléfono. Simón me dijo que te llamará más tarde. ─ Dije por fin, pero no volteó a verme.─ Tuvo que salir por una emergencia, pero te visitará mañana.

Martín me ignoró nuevamente al observar fijamente la aguja incrustada en su muñeca para suministrarle el suero. Después de emitir un pesado suspiro, me acerqué lo suficiente para dejar el teléfono en el mueble a lado de la camilla.

Martín se cruzó de brazos y el frente fue el siguiente lugar donde centró su atención; cuando me aseguré que el aparato estuviera a su alcance volví a apreciar su rostro en espera de una mejoría, gracias a la distancia tan corta y la iluminación perfecta en la habitación noté sus ojitos rojos acompañados de dos líneas acuosas bajo sus lagrimales que brillaban con la luz artificial.

Esa imagen me trajo algunos recuerdos de la primera vez que su linda cara se posó frente a mis ojos. Cuando esos mocosos idiotas lo criticaron por su estatura y yo lo encontré de rodillas llorando en un callejón mientras sus pequeñas manos cubrían su delicado rostro rojizo; lo defendí aún sabiendo que su hermano era el imbécil que me robó la atención del chico al que amaba. Antes de ese incidente sólo lo conocía de vista y desde la lejanía no pude darme cuenta de cuán adorable y lindo es en realidad hasta ese día en concreto que golpeé a un par de imbéciles aprovechando mi altura obviamente superior.
Martín tenía esa misma apariencia de cuando lo conocí.

¿Estuviste llorando?

Nuevamente me encontré en la misma situación, con el sonido de los aparatos que están conectados a su cuerpo siendo lo único audible después de mi pregunta.

"Vamos pequeño, responde. Dime qué es lo que te ha estado pasando. Dime cuál es la razón de que te encierres en tu habitación ¿Hay algún idiota al que deba golpear como aquella vez?" (pensé)

R E V E N G E | Villargas / IsargasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora