XXV. O L V I D A R

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(Maratón 4/4)

Isaza reaccionó en medio del beso, justo cuando Martín tomaba asiento en su regazo para profundizarlo; abrió los ojos de manera desorbitada, sin atreverse a separar sus labios

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Isaza reaccionó en medio del beso, justo cuando Martín tomaba asiento en su regazo para profundizarlo; abrió los ojos de manera desorbitada, sin atreverse a separar sus labios. Quizá estaba haciendo mal, pues Martín aún es un adolescente... Pero, maldita sea. Se sentía tan bien.

Jamás creyó estar en una situación similar con el chiquillo al que siempre consideró su hermano menor, ese adorable joven devoraba sus labios con firmeza y enredaba su cabello con sus dedos como todo un profesional. Lo dejó sin aliento bastante rápido.

En algún momento tenía que terminar, sus corazones agitados necesitaban un respiro y sus pulmones recuperar el aire invertido. Martín cerró los ojos al alejar su rostro, negándose a enfrentar la realidad encarnada en los ojos del mayor luego de tan vergonzoso y maravilloso momento.

Martín, mírame. ─ Le escuchó decir y aunque el volumen de su voz era bastante bajo pudo entenderle gracias a la cercanía de sus cuerpos, el joven inhaló profundamente sintiendo el corazón en la garganta palpitando como loco y lentamente abrió los ojos. Lo que sea que ocurriera después podría afrontarlo. ─ Pequeño...

No me digas "pequeño."─ Martín suplicó escondiendo sus mejillas coloradas de Juan Pablo. ─ Ese apodo suena perturbador luego de lo que pasó. ─ Estaba avergonzado, ¿Cómo pudo ser tan impulsivo para besar a su mayor?

Escuchó al alto reír sonoramente. ─ No te escondas pequeño, no estoy enojado.

─ ¿De verdad?

Claro, también fue mi culpa... Correspondí el beso. ─ ¿Qué podría saber alguien de incomodidad si nunca ha estado en el lugar de ambos? Donde los segundos se sienten como siglos silenciosos que amenazan con acabar con su cordura.

Creo que... ─ Martín respiró con pesadez. ─... Creo que lo mejor es que regrese a mi casa. No fue una buena idea venir aquí.

"¿De verdad, Marto? ¿Piensas volver a ignorarme?"

Pero acabas de llegar. ─ Respondió incrédulo. ─ Estabas alterado ¡Y llorando!, ¿Ya se te olvidó que dijiste no querer ver a tu padre ahora?

Martín no había olvidado nada, tampoco había cambiado de parecer, pero el beso que recibió de su mayor lo había desconectado por un momento de su realidad, como una dulce y anhelada medicina momentánea.

Fue un error haber venido. ─ Ignoró las preguntas de Isaza y se levantó rápidamente de su regazo como si la piel del castaño le quemara al contacto. ─ Sólo... Olvida que vine y lo que pasó después.

Martín se apresuró hasta la puerta de entrada, pero Isaza le siguió de cerca y antes de poder huír él sujetó su muñeca.

¿Sólo eso dirás? ─ Su expresión no reflejaba adecuadamente lo molesto que se sentía. ─ ¿Planeas huír como un cobarde en lugar de quedarte a hablar conmigo?

R E V E N G E | Villargas / IsargasWhere stories live. Discover now