5. Tiempos de habla.

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—Ay no, no es un caldero gigante. Eww—ríe tomando con un par de manos los cubiertos, mientras con otras acomoda su servilleta para no manchar su ropa—. Es una ciudad enorme con un pentagrama arriba que no nos deja salir al mundo mortal. Así de sencillo.

—Me dices que el infierno es como una sociedad humana común y corriente ¡Perdóname por sentirme decepcionado! —exclama Alastor con las manos en las mejillas.

—Si con común y corriente te refieres a tener globos aerostáticos gigantes que lanzan láser, gente que enciende bombas con chasquear las uñas, sacar armas de un cuerpo y tener máquinas expendedoras de drogas... Sí. Sí es una sociedad humana común y corriente. —Mete a su boca el ravioli y sonríe.

Ama la comida italiana humana. Sabe tan bien. En el infierno tiene un gusto raro a menos que la haga un demonio que sepa realmente cocinar. Por algún motivo, Alastor lo ha recibido siempre con una cena hecha, en su mayoría siendo comidas italianas que al demonio araña lo fascinan. Han tenido ya varios, muchos encuentros, asesinatos, turnándose a la hora de montar el número y ¿Qué decir?

Se sienten extrañamente cómodos uno con el otro. Alastor en su espacio respetado, cero insinuaciones y poder dejar ir su sentido del humor más sádico sin que haya alguna consecuencia a su vida cotidiana. Angel Dust por su lado tiene sentimientos encontrados. Demasiado extraños como para soportarlos sin una ración de cocaína mezclada con heroína antes de venir.

Porque le gusta cuando Alastor lo mira fascinado.

Que lo elogie por lo que hace.

Incluso en su ropa. Por llamarlo antes de ir a dormir ha vuelto a llegar en pijama, por lo que hay variedad.

En general ¿Qué no le gusta del trato de Alastor? Incluso me hace cobrar más por hora. Mastica la pasta y permanece fijo en Alastor que cuenta alguna cosa que sucedió hoy: Un accidente de auto, una tienda incendiada, en fin, el caos.

Y solo por su forma de decirlo lo podría escuchar por horas. Concluyendo siempre en un...

— ¡Y ahí tienes la naturaleza humana misma, my dear!

Sonríe, ladeando un poco la cabeza, con su pelaje ligeramente erizado. Sin dar cuenta a sus propias reacciones a algo tan sencillo como que Alastor lo llame "My dear", "afeminado acompañante", "araña encantadora". Alastor sabe que provoca eso, pero considerando lo feliz que luce, no se reprime o lo encuentra raro.

Como mucho, una forma de hacer sentir cómodo a su invitado como sucede al inverso.

Well, ya'kno', muchos en el infierno fueron humanos así que ahí ver el parentesco entre un lugar y otro—Repone pensativo. El Infierno puede ser todo lo caótico y estrambótico que quiera, pero puede decirse que es un reflejo de los que bajan allí—. La diferencia es que al menos son ¿Sinceros? En sus placeres.

— Y yo pensando que iba a al infierno a mentir. —Burla y Angel Dust niega con la cabeza, divertido por la forma en que Alastor toma el tema de su próximo destino tras morir.

Aparte de cínico asesino, es caníbal. Confirmado como ello. A llegado a guardar carne de piernas y pechos en el refrigerador. Acostumbrado a cosas peores, no hay queja de si sus ravioles están rellenos de senos. Más específicamente los senos de la mujer en la avenida doce de hace dos semanas.

—Mientes sobre lo que harás con los demás y el espacio, no con que te drogas por el culo, robaste el molly de tu vecina o viste el porno que yo protagonizo. —Guiña un ojo, sonriendo ladino y enfatizando ese colmillo dorado que es igual al de Valentino. Alastor ladea la cabeza y Angel Dust levanta para ir a lavar lo que ensució.

Spider Service || RadioDustWhere stories live. Discover now