Fue a primera vista, lo sé.
Cuando abrí la puerta y la miré, ella estaba frente al espejo acomodándose un mechón de pelo que le caía sobre la mejilla. Volteó su rostro, abrió los ojos sorprendida y caminó hacia mí.A un metro de distancia se detuvo, igual que mi respiración y mi corazón, hizo una muñeca casi imperceptible con el labio superior y luego gritó:
-¡Largo de aquí, tonto, este es el baño de mujeres!
De inmediato me lanzó un portazo en plena nariz; y el golpe resultó tan pero tan fuerte, que me provocó un abundante sangrado durante algunos minutos.
Aquel día aprendí dos cosas muy importantes: la primera, que el baño de hombres era el que quedaba junto a la cancha de fútbol y la segunda, que el amor, cuando llega, puede golpear las puertas del corazón y, de paso, la nariz.
YOU ARE READING
cupido es un murciélago
RomanceEs el primer día en el nuevo colegio y Javier está desorientado. Al buscar el baño de los niños, se equivoca y entra al de las niñas. Allí ve a Ángeles, y se enamora de inmediato. Sin embargo, el nuevo amor de su vida no es tan dulce y encantadora c...