Isabel

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**********************************************Okey antes de empezar con el cap quiero pedir perdón por no seguir actualizando la obra, no soy buena pidiendo disculpa pero  los aprecio mucho ♡. Así que continuaré por donde quede :3
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—Por instinto supongo.

Eso fue lo que isabel me respondió caundo le pregunté por que me había ayudado. Le agradecí, por supuesto, pero jamás imaginé que su respuesta tuviera una palabra tan curiosa: "instinto".  A esa palabra yo al asociaba pro Discovery Channel, cuando las mamás chimpancés defienden a sus hijos chimpancecitos de otros animalotes que quieren comérselos de un solo bocado. O caundo la tortuguitas que han nacido bajo la arena de la playa salen del agujero y tienen que caminar como cincuenta metros hasta el mar; distancia que en las medidas propias de la tortuguita bebé significa lo que para nosotros ir de la Tierra a Júpiter.

No entiendo lo del "instinto" en el caso de la defensa que hizo Isabel conmigo y para salir de duda le pedo aclaración.

Ella me dijo:
—Oye, te estabas hundiendo, tenías cara de tonto frente a toda la clase, no tenías ni idea de cómo solucionar tu problema, a mi se me ocurrió una buena salida, imagino que sacarte del pantano caundo estas apunto de ahogarte será un instinto, ¿no? Bueno, instinto y... sobre todo amistad.

Amistad, amistad, amistad, si.... eso que comenzaba a unirme con isabell se llamaba "amistad". Luego de esas palabras le conté toda la verdad, de principio a fin.  Sentí que se lo debía. Ella se había portado como la mejor defensa junto a la portería y había evitado que me golpearan sin piedad.

En esta confección sincera ni siquiera dejé de lado el vergonzoso placer que me provocaron las poquitas horas de gloria, pro creerme Superman ante la admiración de todo el colegio.

—Torpe—Me dijo—, elegiste muy mal el superhéroe. ¿Alguna vez has visto a Superman con hemorragia nasal? ¿No te parece que se vería ridículo?

—Bueno sí.... pero ya olvidémonos de eso, he vuelto a ser el Clark Kent de antes.

Gracias al "instinto" y a la amistad de Isabel yo continuaba sentado en mi pupitre del salón de séptimo año, y después de todo, ni Chelito ni el director Seco quería colocarme una soga alrededor del cuello.

Lo único que no em atreví a confesarle fue lo del flechazo, esa cosa extraña que experimenté caundo vi por primera vez a Ángeles (y pro segunda y pro tercera y por cuarta vez), no se, sentí algo de vergüenza, además, yo ya no quería volver a pensar en todo lo que me había ocurrido por culpa de esa bruja.

En mi segundo día, durante el recreo, Isabel y yo decidimos sentarnos bajo las ramas del limonero, ese árbol que tenía a un lado un "originalisimo" rotulo que decía "limonero", para evitar confusiones y que nadie fuera a pensar que en lugar de un árbol de limones eso era un laboratorio de física.

La elección de el sitio fue estratégica. Llegado el momento, y para mayor seguridad decidimos sentarnos con toda la distancia posible de las canchas de futbol. Aunque en verdad yo jamás había resivido un pelotazo, la historia que había contado ganó tanta credibilidad que hasta pensamos que podría hacerse realidad.

—¿Por que te cambiaste de colegio?—me pregunto.

—Porque acabo de regresar al país. El trabajod e mi papá es horrible, cuando ya me comienzo a sentir a gusto en un colegio, cuando al fin logró hacer amigos, llega mi papá y dice que le han asignado "una misión" y que debemos irnos.

—¿Una misión?, ¿a que se dedica tu papá?, ¿es investigador?, ¿astronauta?

—No, que va. Dice "misión" para dárselas de importante, vende teléfonos y radios, cosas con cable y cosas sin cable. El dice que su trabajo es importante por que gracias a sus productos la gente se comunica mejor, pero no es cierto porque cuando mamá lo llama siempre tiene puesta la contestadora automática: "hola, en este momento no puedo atenderte, déjame tu mensaje y te devolvere la llamada..... biiiiip". Y si lo llama por la radio entonces ella dice: "hola, hola, Manuel, ¿me copias?, ¿vas a venir a cenar?, cambio". Pero el no copia, nada, eso quiere decir que el no le para bola, ni la escucha siquiera, porque esta en otra frecuencia o en otro planeta. Y si mi mamá lo llama a la oficina, ocurre algo parecido, suena una musiquita de cascabeles y campanitas y luego: "Gracias por llamar a Grupos Comunicaciónes, su llamada es muy importante, por favor no cuelgue, nuestras líneas están ocupadas blablablablablá.... biiiip". Y lo cierto e sque nunca hay respuesta. Entonces mi mamá se pone furiosa y grita: "Me he casado con una máquina para dejar mensajes, mi marido es un.... biiiiip". Ese último biiiiip no es uno de los pitidos de la máquina contestadora, los he utilizado como en la televisión cuando a alguien se le escapa una palabrota de las más gruesas.

Isabel sonrió y me devolvió una mirada solidaria. Entonces pregunté:

—Y bueno, ¿qué hay contigo isabel?, ¿por qué te cambiaste a este colegio?

—Gracias a un arreglo geométrico entre mis padres.

—¿Geométrico? No entiendo.

—Es muy largo de contar, pero en pocas palabras te puedo decir que hace un año mis padres decidieron divorciarse. Cada martes y miércoles, que papá debía retirarme a la salida del colegio para llevarme a casa, se armaba el despelote: "Mira, Carlos, eres un irresponsable, has pasado por la niña dos horas tarde, la pobre ha estado sin comer hasta las cuatro". Entonces el entraba con lo suyo: "Claro, como tu te has quedado con MI automóvil no tienes problemas, pero yo tengo que salir de la oficina, tomar un taxi, trasladarme al colegio de la niña que me queda tan distante como la china y soportar el tráfico de esta ciudad, que cada vez es más terrible". Entonces, en un arranque de diálogo pacífico, decidieron que "por mi bien" me cambiarían a un colegio que estuviera exactamente en la mitad del trayecto entre la oficina de mi padre y la oficina de mi madre. Agarraron un plano de la ciudad y marcaron con circulitos sus lugares de trabajo, luego dibujaron un rectángulo alrededor con tinta roja, lo midieron por cada uno de sus lados, trazaron líneas diagonales entre sus vértices y el clavaron un alfiler al pleno centro. Para su suerte en esta calle había un colegio... el Instituto Educativo 1 de Marzo, y aquí estoy, gracias al trafico,al divorcio y a la geometría.

—Bueno—Comente—, por suerte en el medio de ese rectángulo había un colegio y no una fábrica d eguantes de hule, ¿no te parece?

—No lo había pensado así, pero creo que tienes razón.

—Y las discusiones habían terminado para siempre, supongo.

—No estoy muy segura, mis padres son muy "creativos". Si ya no discuten por quien se quede con el automóvil, entonces lo harán por quién se quedo con la casa, con los amigos, con la mascota y con el cortaúñas. Mi mamá seguirá diciéndome: "es que el irresponsable de tu padre....", y mi papá seguirá con su cantaleta de "es que la inaguantable de tu madre....".

—¿Sabes, isabel?, he descubierto que tenemos algo en común.

—¿....?

—Nuestros padres.... están en una edad irresponsable.

cupido es un murciélagoWhere stories live. Discover now