[22] Un día memorable

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El sol ya había salido, pero la gente parecía permanecer en sus hogares más de lo esperado a pesar de ser un día normal de semana en donde trabajos se debían hacer, pero eso hoy no lucía de esa manera, era como si todos hubieran dejado sus responsabilidades de lado y a nadie parecía importarle, aunque había una buena razón para ello.

Mina despertó de forma lenta, algo desorientada por haber seguido de largo y no haber amanecido a su hora usual de trabajo como era de costumbre, así que permaneció quieta parpadeando muy lento mientras se desadormecía. De repente, una pequeña oleada de olor a rosas llegó a su nariz, era fresco y agradable, así que levanto definitivamente sus parpados en el proceso de incorporarse y tirar algunos mechones negros hacía atrás. Observo a su alrededor hasta dar con un ramo de rosas en su mesa de luz, confundida lo agarro antes de dejarlo de vuelta y voltear al chico a su lado, el cual sonrió con una mano bajo su cabeza.

—Feliz día de los enamorados —dijo con voz ronca tomando la mano de ella.

—Oh, vaya —sonrió encantada—. ¡Muchas gracias! Feliz día a ti también —se inclino a apoyar sus labios sobre los de él—. Fue una agradable sorpresa.

—Eso no es todo, habrá otra más, pero solo necesito que estés un tiempo fuera de casa.

Mina sonrió sintiéndose emocionada.

—Se oye interesante, cuando me saques iré a comprar algo dulce para celebrar —indico, a lo que él asintió de acuerdo y gustoso por la idea de algo rico.

—Antes que eso, vayamos a desayunar —dijo dándole un apretón a la mano de ella, tirando para que se levantara al mismo tiempo que él.

—Hoy pareces muy romántico.

—El tiempo que pases conmigo en este día sera perfecto —aseguro entrando a la cocina con ella, revelando que había una gran selección de comida para el comienzo del día.

—¡Bromeas! —sonrió ella acercándose y viendo cosas que nunca había tenido tiempo de preparar—. Te has despertado temprano, ¿no?

—Mas o menos, pero has estado trabajando duro para incorporarte y hacer de buenos ninjas a esos niños, te lo mereces.

Ella lo miró conmovida y ligeramente conmocionada por toda esa atención que recibía en el día que debía ser de ambos, aunque todos estos mimos le agradaban.

—Eres un ángel caído del cielo —dijo poniendo una mano en la nuca del masculino para darle un gran beso en la mejilla—. Ahora, quiero probar que habilidades tienes —sonrió moviéndose y sentándose en una de las sillas de la mesa.

—Ojala te guste.

Como era de esperar, la Uchiha adoro lo que su pareja había cocinado, realmente lo hacía bien y disfruto cada momento que duro el desayuno, este convirtiéndose prácticamente en el almuerzo por haber tenido un buen y largo sueño. Aún así, al terminar, Mina se fue a bañar y a colocar de una manera mas presentable mientras Utakata lavaba las cosas, ya que él luego tendría tiempo de también prepararse cuando ella estuviera fuera.

—Tratare de tardar lo mas posible —dijo la chica amagando a salir de la casa.

—Esta bien, solo dejame unos cuarenta minutos —hablo él aproximándose y dejando el trapo con el que secaba sus manos de lado.

—Si alguna panadería o tienda esta abierta, te aseguro que tardare eso en la fila de los novios o esposos olvidadizos de un regalo.

—¿Te incluyes? —pregunto él enarcando una ceja con una sonrisa de costado.

—Cierra la boca —negó ella acercándose y abrazándolo por el cuello para besarlo.

Él correspondió tocándola ligeramente por la cintura, moviendo sus labios contra los de ella en un beso mas cercano al pasional, aunque él lo rompió separándose unos escasos centímetros.

𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐀 [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora