8.

15.5K 562 122
                                    

"Entregar todo"



THIAGO. 

Cuando vuelvo de la cocina la veo saltar al ritmo de la música con una copa de vino en la mano. Se encuentra en la sala de mi departamento despeinando los rizos conforme menea sus caderas de un lado a otro, todavía tiene puesto el estorboso vestido azul que le queda fantástico.

Me encanta como se le ve puesto, pero no negaré que me agradaría más si yo se lo quito.

El diseño exclusivo de mi madre logró su cometido, resaltó las curvas de Claire llevándose miradas fogosas de parte de muchos hombres que se encontraban en el evento, si es hermosa por naturaleza con ese vestido dejó a todos embobados. Yo me incluyo en el paquete. Casi pierdo la cordura en la alfombra roja. Apenas la vi posar con ese entreabierto de la tela deseando con todas mis fuerzas recorrerle los muslos en ese puto instante como un maldito demente sin control.

—Yo creo que es hora de ir disminuyendo el consumo de eso —digo acercándome, tratando de quitarle la copa de las manos. No me deja si quiera intentarlo cuando se toma todo el líquido tinto con rapidez. La observo con seriedad y ella sonríe inocentemente. Suspira resignada cuando logro mi intención—. Ya no más para ti.

Aviso colocando la copa vacía en la mesita que se encuentra al lado del sofá gris.

—¿Por qué te has vuelto tan amargado, rubio? —me pregunta con recelo. Me estruja las mejillas y me deposita un pequeño beso en los labios. No tiene mucha duración puesto que decide separarse para cambiar la canción—. Sydney te ha hecho ser así, eh. Debo hablar con ella respecto a eso.

Hace un mini puchero con su boca a la vez que frunce sus cejas antes de darme la espalda.

—Claire... —advierto, no quiero hablar de Sydney en estos momentos. Elevo mi cabeza al techo y me froto el cuello con fastidio.

Ese nombrecito me hace recordar que existe una plática pendiente entre esta señorita y yo. No estoy seguro de cómo se lo vaya a tomar Claire cuando sepa la verdad de muchas cosas que cree saber con certeza y lo peor será cuando se entere que estuvo con el causante de la mayoría de sus problemas.

Suelto un suspiro lleno de agotamiento.

Ella por su parte, revolotea sus largas pestañas oscuras mostrando ingenuidad en el máximo esplendor.

—¿Qué? No dije nada malo, es la verdad y lo sabes.

Vuelve a acercarse cuando está satisfecha con la canción que selecciona, mi celular automáticamente conecta la melodía en las bocinas satelitales de la sala.

—¿Bailas conmigo? ¿O también te amarga la música, Hux? —Se aproxima a mi rostro para susurrarme coquetamente. A pesar de ser alta, aún cuando se ha quitado esos altos tacones que no hacen otra cosa más que lastimarla, tiene que levantarse de puntillas para encararme.

Medito por un momento su adorable petición.

—Mejor hablemos del porqué tu y Maxwell estaban muy juntitos, ¿te apetece? —Arqueo mi ceja cuando trato de hacerla cambiar de idea. Rueda sus ojos mieles—. ¿No quieres hablar de tu nuevo amigo? Que raro.

—No, no me apetece. Olvida lo del baile, entonces.

La atraigo a mi al notar su intención de huir, mi mano izquierda se une magnéticamente con su derecha justo en el momento que nuestras miradas se conectan. Ella me sonríe cautivadoramente al saber que se ha salido con la suya antes de acomodar su cabeza en mi hombro.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Where stories live. Discover now