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"Flames"


CLAIRE.

Apenas entramos al lugar Ygrid empezó a cuestionarnos sobre dónde estábamos. Luego el enojo se le quito cuando empezó a vernos interactuar como una pareja normal y enamorada, eso le da de qué hablar a la prensa y es lo que ella tanto busca.

Sin embargo, esto solo es parte de una sed de venganza de Aaron Maxwell por haber iniciado la tensión y no culminarla. El resto de la sesión de fotos —acción prometida por mi representante— estuve compartiendo la atención con un falso prometido coqueto que no dejaba de enviarme indirectas y de provocarme, encargándose de esparcir la llamarada entre nosotros.

Por supuesto que está logrando su cometido y ha encendido mi versión competitiva. He estado jugando sucio al hacerle lo mismo, coqueteando con él a propósito.

—Conozco los lugares perfectos para terminar con esto, dulzura —murmura con aire provocador, me remuevo lentamente al sentir su cálido aliento acariciarme el cuello.

—¿En serio? —pregunto, sin dejar de mirar hacia la cámara.

Él aprieta sutilmente mi cintura y me deposita un beso sobre mi piel, justo antes de que capturen el momento.

—¿Qué tipo de lugares...?

—Mi mente fantasea con muchos, solo que ahora mismo se me viene a la menta una oficina en el último piso que curiosamente tiene un enorme escritorio justo para nosotros.

—Uhmm.

—Solo tienes que pedírmelo.

—¿Qué es esto? —cuestiono girándome hacia él a sugerencia de uno de los fotógrafos—. Utilizo las palabras mágicas ¿y sin más haces mis sueños realidad?

Allí está de nuevo, su amplia sonrisa. Dos veces, ya son dos veces que consigo ver su sonrisa genuina. Y extrañamente no es para nada desagradable.

—Pídemelo y podrás averígualo.

Hago como que lo pienso y niego.

—Nah, me agrada más la idea de escucharte a ti suplicando por dejarte tomarme —susurro acercándome a él para unir nuestras bocas. Pestañeo y me atrevo a morderle el labio. Aaron aprieta más mi cuerpo contra él, es una batalla que sé que ganaré—. Piénsame sin nada puesto, imagíname pronunciando tu nombre y podrás considerarlo mejor.

Lo escucho suspirar cuando me alejo de él, solo le he robado un beso y ya está. Lo he hecho para calmar —o quizá no— la situación. Si Maxwell necesita más que ponga de su disposición pidiéndomelo y entonces veré.

Siento su mirada posarse en mi espalda, sé que quiere seguirme, pero la fotografía que su padre les prometió a la prensa es lo que lo detiene. Me encamino hacia Ygrid, a quien veo entablar una seria conversación con mi madre sobre lo innecesarias que son las fotografías.

—¿Qué son esas actitudes de ramera, Claire? —me pregunta apenas me ve, interrumpiendo la explicación que le da la castaña.

—¿Disculpa? Si solo vienes a la fiesta de mi compromiso a insultarme será mejor que te retires que tengo que atender a los verdaderos invitados.

—Soy tu madre, niña. Recuérdalo, no hay nadie más importante que yo en esta sala.

—Yo soy lo más importante para mí en esta sala y por eso mismo prefiero cuidar mi salud mental y no hablar contigo al menos que sea necesario. —Alzo las comisuras de mis labios y me giro hacia Ygrid—. Es todo, ¿no?

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Where stories live. Discover now