"No puedes arruinar mi relación, no voy a permitirlo, Leo. Becky es a la mujer que amo y creo que me merezco ser feliz después de tu madre. Hay más chicas en el mundo para que te fijes en ella, por el amor a Dios. Madura, ve al FBI y encuentra a alguien, pero aléjate de Bambi"

Le había dicho que no iba a alejarme, que iba a seguir con ella porque era la chica que me gustaba.

"Tiene diecinueve años, Leo y estás haciendo que te pase fotos sucias por el jodido teléfono. Bambi y tú necesitáis centraros en el futuro. No te lo volveré a repetir. Aléjate de Bambi o tendré que contarle lo de las fotos a Becky y dudo que quieras que Bambi se meta en problemas cuando tiene los exámenes a la vuelta de la esquina, ¿no?"

Centrarnos en el futuro...

— Ya hemos llegado, vaquero —dice Bárbara—. Tienes que ayudarnos porque Bambi y yo no vamos a poder contigo si no pones de tu parte.

Me incorporo, dolorido, y me arrastro por la camioneta hasta bajarme. Me tambaleo y un cuerpo abrazándome me estabiliza un poco.

Ella.

— Date prisa, Barb.

Miro hacia abajo para ver su cabellera ahora rubia completamente y pongo mi brazo alrededor de sus hombros. Creo que debo volver a Texas y olvidarla.

La otra chica se pone a mí lado y me sostiene también. Los tres caminamos en silencio por el camino hasta llegar a la granja y la rodeamos.

— Creo que me vendrá bien tomar el aire en vez de ir a la cama —murmuro.

— Bueno, un rato solo —susurra Bárbara—, así voy al baño.

Me dejo caer en los escalones y Bambi se sienta a mí lado pero a una distancia prudente mientras Bárbara va al baño.

Quiero decirle muchas cosas pero de mi boca no sale ninguna.

—¿Sabías que el sudor de los hipopótamos es rosa? —La miro y ella, con su ceño levemente fruncido, me mira.

— No, no lo sabía.

Supongo que eso no es lo que debería de haber dicho.

— Y los caballitos de mar pueden mover sus ojos en direcciones opuestas.

— Interesante.

Será mejor que me calle. También puedo decirle que el olor de cada uno es único, como nuestras huellas dactilares, y que a mí, el suyo, me vuelve completamente loco, por lo que quiero decirle que nos abracemos un ratito para poder olerla mejor.

— Creo que voy a vomitar.

Me levanto y me tambaleo hacia los naranjos para echar todo lo que he bebido ahí. Ahora me sentiré mejor, estoy seguro.

— ¿Estás bien?

— Todo bien, dulce B —suspiro apoyando una mano en el árbol—. No es mi día.

— ¡Leo! —Exclama en un susurro.

Tengo los ojos cerrados y los abro un poco cuando ella levanta mi camiseta. Quiero preguntarle que qué está haciendo pero no puedo.

— ¿Qué ocurre? —Escucho la voz de Bárbara.

— Creo que se ha hecho daño y está tan borracho que ni le duele.

Las chicas me trasladan a la cabaña y me siento en la cama de Bárbara, que tira de mi camiseta hacia arriba y yo, me dejo.

— Por el amor al arcoíris —murmura Bambi.

— Eso no luce bien, Leo West, deberíamos ir a un hospital.

Pero lo que hago, es tumbarme en la cama porque no puedo más y mantengo mis ojos abiertos porque tenerlos cerrados es una mierda.

Las dos chicas parlotean nerviosas y yo, sinceramente, no me preocupo, nada me preocupa ahora, por lo que cierro los ojos y me duermo.

**

Es corto, lo sé. Pero es lo que he podido escribir. No tengo tiempo, de verdad, y adoro escribir pero duermo y trabajo, no me da tiempo a nada más.

Y en mi día libre escribo un poco, pero también tengo que hacer algo de vida social.

Espero no tardar tanto en subir el siguiente.

¡Gracias por leer y esperar!

En el siguiente capítulo...

PREPARAOS.

NARRADO POR BAMBI Y CONOCEREMOS A ZEV MEJOR Y ....

Y QUÉ?


[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Where stories live. Discover now