3. Bambi

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Esᴛᴀ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Nɪᴀʟʟ Hᴏʀᴀɴ ﹣ Nᴏ Jᴜᴅɢᴇᴍᴇɴᴛ

Hago una mueca al ver a las gallinas en el corral. Son las ocho de la mañana y no creo que esté totalmente despierta. Me he llevado meses levantándome temprano y ahora no puedo ni dormir hasta las diez porque hay que darle de comer a las malditas gallinas.

Leo sujeta un cubo con su comida y esto me recuerda a Cenicienta, pero yo no soy ella. Bárbara se ha ido con Diego a darle de comer a las cabras. Fui rápida en elegir a Leo y no tardé en estar a su lado dispuesta a acompañarlo.

— ¿Estás preparada? —Pregunta abriendo el seguro de la puerta.

— No —murmuro.

— Bien.

Leo abre la puerta y nos apresuramos a entrar. Las gallinas se vuelven locas cuando Leo empieza a caminar hacia el comedero.

— ¿Me van a picar? —Le pregunto agarrándome a su brazo.

— No, toma, coge, voy a coger los utensilios.

Cojo el cubo y echo la comida con manos temblorosas. Leo se aparta de mí y odio cada momento en el que estoy sola. Sé que todos los animales huelen el miedo y ahora mismo estarán todos empapándose del mío.

— ¿Cuánta comida les tengo que echar Leo? —Pregunto en voz alta.

Leo está concentrado y no se entera. Yo estoy parada, sin echar comida porque no sé si ya tienen suficiente.

Una gallina vuela, no muy alto, casi por mi hombro y grito porque me asusto. Estoy rodeada de gallinas y ni siquiera puedo andar a otro sitio o salir corriendo.

— ¡Leo! —Lloriqueo y les tiro comida más allá del círculo que han formado a mí alrededor para que se vayan pero no lo hacen.

— Dame un momento, Bambi —Mi hermanastro se ríe a carcajadas y lo veo terminando.

Nunca me ha gustado el campo, ni siquiera me fui de acampada con el colegio porque los animales y los bichos me superan. Ni siquiera soy capaz de acariciar a un perro, por el amor de Dios. A veces pienso que estoy fracasando como humano.

Vuelvo a gritar cuando otra vuela y me quejo. Leo viene riéndose y empieza a quitarme gallinas de en medio, es más, se apartan cuando él va pasando.

— Venga, suelta el cubo de comida, ya ha sido suficiente, ahora vamos a limpiar el gallinero.

Me da unos guantes y me los pongo. Me agarro a su brazo mientras salimos del círculo de gallinas y hay alguna que nos persigue, pero la mayoría ahora empieza a ir a su bola.

Llevo mi pelo recogido en una coleta alta y unos pantalones vaqueros, pero esta vez no son ajustados para tener mejor movilidad.

Tengo que decir que la mayoría de mi ropa es ajustada y apenas tengo ropa holgada, por lo que hoy llevo mi única camiseta holgada color mostaza de mangas cortas.

Veo el gallinero y hago una mueca mientras me tiende una mascarilla y me la pongo. Por suerte, me han dado unas botas para este momento, aunque me quedan un poco grandes, no me quejo, prefiero no ensuciar mis deportivas.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora