33; Bambi

18.8K 1.5K 157
                                    

Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Bɪɢsʜᴏᴘ Bʀɪɢɢs ﹣ Nᴇᴠᴇʀ ᴛᴇᴀʀ ᴜs ᴀᴘᴀʀᴛ

Noviembre

No me imaginé que estar separada de Leo iba a ser tan difícil. Nunca lo había tenido, así que no supuse que lo echaría tanto de menos.

Leo aprobó las pruebas y está en Quantico, por lo que nuestras llamadas son escasas y siempre por la noche. Está cansado la mayor parte del tiempo y se duerme hablando conmigo, no me importa porque me gusta verlo dormir.

Desde Septiembre sin verlo y ahora estoy esperando en la puerta de la residencia a que venga por mí para ir a casa.

Mordisqueo mi labio inferior y miro a la carretera esperando ver su coche pronto.

Tenía miedo que lo que teníamos se apagara porque apenas hemos pasado unos meses juntos, y he tenido varios comederos de cabeza debido a eso.

Tuvimos pequeños momentos calientes y estoy deseando estar con él, aunque no sé si podremos tener algún momento a solas que no sea de camino a casa.

Mi corazón bombea con fuerza cuando su coche aparece y para frente a mí. Lo veo bajarse y rodea el coche. Camino hacia él y salto para abrazarme a su cuerpo. Él me abraza con fuerza y su perfume fuerte y el olor a tabaco entra mis fosas nasales.

Por fin.

Me separo un poco de él y juntamos nuestros labios, dándonos pequeños besos.

— Te he echado de menos —le digo entre beso y beso.

— Yo también —pone una mano en mi nuca y vuelve a juntar nuestros labios.

Esta vez, nuestros labios se mueven en sincronía y su lengua no tarda en entrar al juego. Paso una de mis manos por su pelo y me separo de él mordiendo su labio inferior, tirando de él un poco.

— ¡Ah! Nena —pasa sus dedos por sus labios— Tengo planes para nosotros antes de ir a casa —me pone de nuevo en el suelo y me besa otra vez antes de ir a por mi maleta.

— ¿Qué planes? —Le pregunto.

— Tu, yo, una habitación de hostal, ¿qué te parece? Dudo que tengamos algo de intimidad en estos días.

Sonrío sin enseñar mis dientes y lo observo guardar mi maleta en el maletero. Él me mira y me guiña un ojo. Me monto en el coche y me pongo el cinturón.

Su pelo está un poco más corto ahora pero sigue revuelto. Sus ojos azules siguen brillando como el primer día que lo vi.

— Estás preciosa —palmea mi pierna y deja su mano en mi muslo.

— Siempre dices lo mismo —pongo mi mano encima de la suya.

— Porque es verdad —lleva mi mano a su boca y besa mis nudillos.

Sonrío y él me mira. Alzo mis cejas de forma sugerente y se ríe.

— ¿Qué tal las clases?

— Bien, todo va bien. Hay una asignatura que me tiene un poco jodida pero bien, solo necesito prestarle más atención al profesor.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora