vii. el subversivo

2K 387 42
                                    

『 capítulo vii: EL SUBVERSIVO

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

capítulo vii: EL SUBVERSIVO.

SEPTIEMBRE DE 1959

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



SEPTIEMBRE DE 1959.

—REALMENTE LOS TIENES, lo creo.—Eliza le dijo a su tío mientras guardaba sus cosas.

—Eso espero, querida. Un día podrán salir de sus caparazones.—sonrió el hombre, levantando la vista de su maletín mientras dejaba las tareas que había reunido dentro.

—Lo harán. Algunos ya lo están haciendo; Neil Perry y Charlie Dalton, por ejemplo. Aunque algunos necesitarán un empujoncito extra, como Todd Anderson.—Eliza dijo, esperando a que él se le uniera a ella en su caminata al comedor.

John guardó silencio por un momento mientras asimilaba sus palabras. Le gustaba oír la perspicacia de Eliza en su clase. Tener una segunda opinión sobre lo que estaba sucediendo desde su punto de vista como estudiante era útil y refrescante. Especialmente cuando sus palabras provenían de la preocupación y no de una chica prestigiosa que aspiraba a obtener mejores calificaciones.

—Tus amigos te están esperando.—John murmuró hacia su sobrina.

Eliza se volvió para ver a Charlie, Knox y Meeks junto a la puerta hablando en voz baja entre ellos mientras esperaban. Pitts, Todd y Cameron ya se habían ido para cuidar su mesa y que nadie robara sus asientos mientras Neil había ido a una misión secreta. Ella sonrió por unos segundos cuando sus ojos se encontraron con los de Charlie. Él le sonrió también.

—Es mejor no hacerlos esperar.—reflexionó John.

—Estará bien, tío John. Planeaba caminar contigo.—ella dijo con esa amable sonrisa suya.

John negó con la cabeza, decepcionado pero no sorprendido por la consideración de su sobrina por su bienestar.

—Has hecho bastantes amigos en tu poco tiempo aquí. Deberías tomar el tiempo que puedas para pasarlo con ellos.—le dijo con una sonrisa.—De todos modos, debo terminar algunas otras cosas aquí antes de poder ir a almorzar.

—¿Te unes a nosotros, Birdie?—preguntó Charlie, pasando un brazo alrededor de los hombros de Eliza mientras ella y los chicos salían de las clase de Keating hacia el comedor.

—Por supuesto. ¿Con quién más me sentaría?—ella preguntó con una pequeña risa.

—Tú y el sr. McAlister parecen bastante unidos. Me sorprende que no quieras sentarte con él.—bromeó Meeks. Sus ojos se arrugaron detrás de sus lentes por la risa.

—Oh, eso me recuerda que...—Eliza se acercó a las puertas del comedor y vio al sr. McAlister frente a ellos.—... Él me invitó a almorzar con él.—dijo y comenzó a caminar hacia él.

—No, no, no. Te necesitamos en nuestra mesa.—Knox habló tomando una mano de Eliza para arrastrarla hacia ellos.

—¿Oh, en serio? ¿Me necesitan?—preguntó Eliza.

—Eres la única persona que puede asustar a Cameron tanto como para que cierre la boca.—Charlie dijo suspirando de forma dramática.

—Si, claro.—ella rodó los ojos.

Los cuatro se acercaron a su mesa junto a Pitts, Todd y Cameron. Cameron se animó al verlos, sus ojos se fijaron en Eliza mientras empujaba su comida lejos de él.

—Oye, Eliza, ¿sábes cuántos ensayos nos va a hacer escribir el sr. Keating durante el semestre? Me gustaría estar preparado y si sabes cuáles serán los temas, eso también sería útil.—Cameron dijo rápidamente mientras hurgaba su mochila en busca de su agenda para escribir lo que ella diría.

Eliza se sentó entre Knox y Charlie mientras arreglaba su falda.

—Umm, no estoy muy segura.—le contestó a Cameron, sus ojos se posaron sobre Pitts, quién reía al lado de Cameron.—No me lo ha dicho.

—Deja en paz a la pobre chica, Cameron.—lo regañó Knox, inclinándose sobre la mesa para darle un golpe al chico.—Deberíamos estar hablando de cosas más importantes, como por ejemplo: ¿por qué el cabello de Chris Noel es tan brillante como el sol? o, de cómo los ojos de Chris Noel brillan aún más que cualquier estrella en el cielo o...

—¡No! ¡No hablaremos más de Chris!—exclamó Charlie, llevando sus manos hacia sus oídos y apretando los ojos con fuerza.—Pronto saldrá sangre de mis oídos.

—Oh, si.—Knox rodó los ojos.—Estas igual de mal que yo.

Todos en la mesa se volvieron hacia Charlie; los ojos del chico se abrieron de golpe ante las palabras de Knox. Tensó su mandíbula y apretó su mano en un puño...

—¡Hey!—Neil los interrumpió; se hizo un hueco entre Eliza y Charlie y se sentó.—Encontré su viejo anuario en la biblioteca.—dijo sosteniendo un libro rojo.

La mayoría de los chicos miraron a Neil de inmediato. Eliza enarcó una ceja y miró a Charlie sorprendida de que Knox fuera capaz de callarlo tan fácilmente. Necesitaba saber de quién estaban hablando para poder molestar a Charlie.

—Escuchen esto.—Cameron siguió.—Capitán del equipo de fútbol, editor del periódico escolar el Boletín de Cambridge, El Subversivo y la Sociedad de los Poetas Muertos.

El anuario pasó a las manos de Cameron.—Un hombre que puede hacer cualquier cosa.

—"El Subversivo"—Charlie habló, disipando la tensión en el aire.—¡El sr. Keating era un busca-pleitos!

—Me hubiera gustado seguir sus pasos, pero aquí realmente no me han dado la oportunidad.—Eliza le dijo a los chicos.

—¿Quieres ser Subversiva?—preguntó Charlie, sonriendo con malicia. Los otros chicos rieron también; interrumpiendo la paz del comedor, por lo que se ganaron algunas miradas feas.

Knox no había reído porque aún estaba sorprendido por lo que Cameron había dicho.—¿Qué es la Sociedad de los Poetas muertos?—preguntó, volviéndose hacia Eliza.

—Ni idea, nunca me ha hablado de eso.—ella respondió y se encogió de hombros. Luego se volvió hacia Knox y lo agarró de la camisa con sus dos manos.—¡Tenemos que preguntarle!—exclamó.

—¿Qué? ¡Podríamos meternos en problemas! Si el sr. Keating se entera de que tomamos el anuario de la biblioteca ¡nos enviará con el sr. Nolan!—Cameron exclamó.

Todos se volvieron hacia Cameron con expresiones molestas.

—¿Acaso sabes de quién estamos hablando?—Neil preguntó mientras rodaba los ojos.

—¿No hay una foto?—Meeks preguntó.

—Nada. Ni siquiera la mencionan.—Neil respondió.

El sr. Nolan, que había estado patrullando el puso, regalaba a unos chicos que se portaban mal en otras mesas. Cameron rápidamente escondió el anuario debajo de la mesa cuando él paso cerca. Con solo tener una chica en la mesa, los chicos tenían muchas miradas puestas sobre ellos y si alguien pensaba que estaban haciendo algo inapropiado, Eliza sería despojada de su derecho a sentarse con ellos.


VOTEN—COMENTEN :)
━━━━━━━━━━━━

fiat nox ━ charlie dalton. ✓Where stories live. Discover now