━━ ⦗ fiat nox! ⦘
❝ cameron puede ser lindo y
tener una gran personalidad,
pero Birdie, no hay nadie
mejor que yo. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
john keating había sido llevado a
...
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SEPTIEMBRE DE 1959.
LOS POETAS MUERTOS HABÍAN comenzado como cualquier otro grupo de adolescentes. Por las hormonas, la inmadurez y sin preocupaciones por los libros o la vida romántica.
La mayoría de los poetas muertos ya se conocían años antes de que se creara el grupo, y Todd Anderson era el recién llegado. Era tranquilo y amable. Neil Perry era su compañero de cuarto y como era el más sociable, había aceptado a Todd con los brazos abiertos.
Neil había logrado atravesar la multitud de compañeros y padres con relativa facilidad, ya que sabía a dónde iba y se hizo camino a través de la gente. Llegó a la habitación que compartía con Todd.
Richard Cameron se acercó a su puerta, con una maldita sonrisa en su rostro mientras miraba al chico.
—Negocios, como de costumbre, ¿eh?—él preguntó mientras Neil dejaba la maleta sobre su cama.—Escuché que te tocó el chico nuevo. ¡Parece un cadáver!—Cameron rió justo cuando Todd entraba en la habitación, escuchando cada palabra.—¡Uy!—exclamó sin pedir disculpas y salió corriendo de la habitación.
Neil estaba de pie junto a su cama, tratando de no reír, pero aún así Todd no había dicho nada.
—No le hagas caso a Cameron. Nació con sus pies en la boca. ¿Entienden lo que digo?—preguntó, golpeando el brazo de Todd juguetonamente con el folleto de la Ceremonia de Bienvenida.
Otros tres chicos de Welton se colocaron en la puerta de la habitación de Neil, sonriendo con esa inmadurez y felicidad genuina que podía verse solo después de las vacaciones de verano.
—Dicen los rumores que hiciste cursos de verano.—Charlie Dalton habló mientras se apoyaba en el marco de la puerta. Detrás de él, Knox Overstreet y Steven Meeks sonrieron.
—Sí. Química. Mi padre dice que tengo que hacer progresos.—explicó Neil, caminando hacia los tres.—¿Cómo estuvo tu verano, Slick?
—Fúnebre.—respondió Charlie, entrando a la habitación ahora que las formalidades ya habían pasado. Se volvió hacia Meeks y lo apuntó con un dedo.—Meeks. Puerta. Cerrada.
