━━ ⦗ fiat nox! ⦘
❝ cameron puede ser lindo y
tener una gran personalidad,
pero Birdie, no hay nadie
mejor que yo. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
john keating había sido llevado a
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『 capítulo i: LA ACADEMIA PARA MOCOSOS MALCRIADOS. 』
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SEPTIEMBRE DE 1959.
LLEGÓ EL MOMENTO EN EL que John Keating comenzaría su nuevo trabajo como profesor de inglés en la Academia para mocosos malcriados, conocida como Hellton. John había asistido a la escuela mucho antes que cualquiera de esos chicos que pasaban sus años formándose ahora, y siempre la recordaría como una buena institución.
John había sido buscado debido a los grandes elogios que recibió de otras escuelas. Y con la desgracia sobre los hombros, a su sobrina se le permitió la entrada ahí.
Eliza Keating tenía quince años cuando su madre murió y ahora tenía diecisiete. Habían pasado dos años desde que ella falleció y John había sido la única familia que la pobre tenía, ya que su padre la había abandonado y para ella todo lo demás era desconocido.
John nunca se quejó al acogerla, estaba más feliz de ella se quedara junto a él. Antes de mudarse a Londres, los dos eran muy unidos e incluso a menudos se enviaban cartas. Ahora, él podía cuidarla como creía ella se lo merecía.
Ahora, tenia un nuevo trabajo en una prestigiosa escuela y con una adecuada cantidad de libertad, a Eliza se le permitió vivir con John en el campus. Ella sería educada por él, no asistiría a ninguna clase con los chicos y solo se le permitiría interactuar con ellos fuera de clases y durante los almuerzos.
Pronto, los dos comenzarían una nueva aventura juntos en los pasillos de Welton, donde la facultad de la escuela pronto se daría cuenta de que el hombre que esperaban no se parecería en nada a lo que imaginaban. Sus estudiantes podrían pensar por sí mismos, vivirían sus vidas como si fueran a morir al próximo día y sufrirían un gran cambio en sus cortas vidas.
John Keating estaba de pie en el baño del pequeño motel que él y su sobrina compartían. Los dos habían volado a través desde Londres dos noches antes y todavía no podían acostumbrarse a sus nuevas rutinas.
—Eliza, cariño.—John habló después de escupir la espuma de la pasta de dientes en el fregadero y caminar hacia la habitación.—¿Estás lista?
—Estoy lista.—ella asintió con la cabeza, dando vueltas alrededor de la habitación, comprobando en su cabeza si habían empacado todo.
